El sector automotor ha desempeñado un papel preponderante y decisivo en los procesos de industrialización de muchas nacionales, incluso, el nivel de bienestar de gran parte de las economías regionales y locales, se miden con base en el desarrollo de esta industria. El caso de nuestro país entra perfectamente en este molde, ya que su industria automotriz pose una característica especial por su efecto multiplicador, que permite el crecimiento y el desarrollo económico, pues esta industria es la cabeza de una extensa cadena productiva, y que por tanto impacta en la situación de otros sectores como el del vidrio acero, hule, plástico y textil, por mencionar algunos, significando una rica fuente directa e indirecta de empleos.
Las cifras de la industria demuestran por si mismas la importancia del sector, un millón de empleos directos, y 5 puestos indirectos por cada uno de los directos. Es una de las industrias más dinámicas de la economía nacional. En los años previos a ala crisis financiera, la industria automotriz nacional presenta tasas superiores a las de la industria manufacturera en personal ocupado, remuneraciones totales y producción bruta.
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