Necesaria, nueva ingeniería política; habría equilibrio democrático, liderazgo plural y firme

• Estoy fuera del catálogo de los posibles candidatos a la Presidencia, comentó
• Mi participación en política para los próximos años sólo comprende una curul en el Senado

Manlio Fabio Beltrones, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, planteó la necesidad de constituir una nueva gobernabilidad que permita los consensos en asuntos fundamentales para establecer acuerdos no sólo entre los diferentes protagonistas políticos, sino a nivel de instituciones y, sobre todo, entre los poderes Ejecutivo y Legislativo.

El legislador sonorense habló ante representantes de la Cámara Nacional de Comercio (CANACO) de esta entidad, donde aseguró que sólo se podrá transitar a esa gobernabilidad mediante la construcción de mayorías que permitan, sin discursos voluntariosos, realizar una verdadera transformación política.

Al principio de su intervención el diputado Beltrones comentó que su participación en política para los próximos años, sólo comprende una curul en el Senado de la República. "No estoy dentro del catálogo de los posibles candidatos a la Presidencia de la República". Y, enfatizó: "es muy importante que se los diga para evitar una confusión".

Luego de este paréntesis, explicó que la nueva gobernabilidad debe basarse en una ingeniería política que conduzca al país hacia un equilibrio democrático con liderazgo plural y firme, además de una visión de Estado y una adecuada operación política.
Recordó que desde 1997 cuando el PRI perdió la mayoría en el Congreso de la Unión y años después la Presidencia, se hizo indispensable un cambio del andamiaje político en que se sustentan los acuerdos, toda vez que con el mencionado "cambio" sólo se sustituyeron hombres y no instituciones.

La nueva gobernabilidad, dijo, necesariamente tiene que tomar en cuenta la ruta de la recuperación económica, que en gran parte, tiene que ver con planteamientos de largo plazo y con visión de Estado.

En referencia a lo anterior, Beltrones advirtió que una de las figuras que garantizaría la corresponsabilidad de lograr acuerdos en un gobierno dividido, y un equilibrio entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo, es contar con un sistema semipresidencial que haga posible el nombramiento de la figura del Jefe de Gabinete.

Destacó que con esta incorporación se podría plantear un escenario de mayorías que haría posible la gobernabilidad y se discutirían las reformas laboral, energética o la del Congreso.

Comentó que en el Partido Revolucionario Institucional existe un consenso de que la Reforma Fiscal debe arrancar bajo la premisa de ampliar la base recaudatoria, antes de pensar en un nuevo piso impositivo, además de avanzar hacia la simplificación administrativa; o una Reforma Energética que, sin descuidar la propiedad definitiva de la Nación, invite a realizar alianzas técnicas y financieras para explotar los recursos naturales.

En cuanto a la Reforma Laboral, el Presidente de la Mesa Directiva afirmó que debe darse un equilibrio entre una mayor flexibilidad del mercado laboral y consolidar las conquistas históricas de los trabajadores, y que su proceso casi está consensuado en la Cámara de Diputados.

Respecto de la Reforma del Congreso, es menester establecer el trámite preferente para las iniciativas del Presidente de la República, así como también definiciones sobre el llamado veto de bolsillo, abundó.

Llamó a la reflexión de cómo construir una nueva gobernabilidad con un Presidente electo con menos del 40 por ciento de los votantes, como se espera el resultado electoral de la próxima jornada del seis de julio de 2006.

En esa lógica, advirtió que con una nueva gobernabilidad se evitarían muchas controversias, se haría un mejor trabajo político y se sentarían las bases del México moderno que no se pueden suscribir por el sólo hecho de soñarlas o decirlas "voluntariosamente".

Y ante el cuestionamiento de una de las personas del auditorio, en el sentido de que en seis años de gobierno no se puede cambiar lo que no se hizo en 71 años, expresó: "A lo mejor, seis años pueden hacer más daño que 71, bajo la lógica de no quedarnos atorados en una discusión sobre el pasado, cuando tenemos el futuro enfrente, ni tampoco en el discurso de la descalificación porque de esa manera es imposible acercarnos a los acuerdos".