• Con este intento de censura, se pretende retornar al oscurantismo, advirtió

“Las peticiones del Partido Acción Nacional y de la Unión Nacional de Padres de Familia para que la Secretaría de Educación Pública retire de las escuelas primarias el libro Cien corridos, alma de la canción mexicana, que recoge una rica tradición histórica musical de nuestro país, son un atentado a la cultura y a la libertad de expresión”, declaró el diputado Miguel Alonso Raya.

Señaló que de un total de cien corridos, el libro sólo transcribe cinco que aluden al narcotráfico y el resto están vinculados al desarrollo histórico del país, como “Carabina 30-30”, “La Adelita”, “La Toma de Zacatecas”, entre otros.

Precisó que en la Iniciativa con Punto de Acuerdo presentado por el PAN y aprobada por el Pleno de la Cámara de Diputados, otorga a los narcocorridos “una influencia en el desarrollo de la personalidad de los alumnos, que no tiene”.

“Pensar que por leer un narcocorrido del libro, los estudiantes querrán tomar como modelo y ejemplo a seguir el estilo de vida de un narcotraficante es un exceso que no se da en la realidad. Imagínense ustedes qué sociedad tendríamos si se siguiera el ejemplo de lo que se ve en televisión, en las calles y en las propias casas, respecto a vandalismo, guerras, abusos, violación a los derechos humanos, etc., a los que están expuestos los menores cotidianamente. Sin negar la influencia que los medios tienen en la socialización de los niños, no es posible creer que la simple exposición implica una introyección”, comentó Alonso Raya

Precisó que “existe una confusión en quienes propusieron esta iniciativa, al confundir al narco corrido con la actividad del narcotráfico, ya que el primero es una crónica de hechos y la segunda sí es un delito con graves consecuencias a la economía, a las personas y al propio Estado”.

Comentó que al revisar el libro, editado por la Secretaría de Educación Pública, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito y Océano, como parte del Programa Nacional de Lectura; se advierte la estructura que tiene: los títulos de los 100 corridos que se presentan; en la segunda parte, se hace una historia del corrido en México, desde sus orígenes en 1761 hasta la época actual 2002, en donde queda claro el carácter social del corrido.

Dijo que en los títulos de los “Cien corridos, alma de la canción mexicana”, se abordan toda clase de temas como de la independencia, revolucionarios, héroes, guerrilleros, mujeres, etc., y respecto a los hechos relacionados con el narcotráfico, son sólo cinco denominados "Contrabando y Traición" (mejor conocido como "Camelia la Texana"), la "Banda del Carro Rojo", "El avión de Colombia", "Carga Blanca" y "El señor de los cielos".

“Pensar que la lectura de estos narco corridos incita al narcomenudeo es un juicio mecánico, arbitrario y falaz. Las Bibliotecas de Aula forman parte del Programa Nacional de Lectura que busca impulsar la adquisición y el desarrollo pleno de las competencias comunicativas: hablar, escuchar, leer y escribir, así como fortalecer los hábitos y capacidades lectoras de los alumnos y maestros. La lectura de los diferentes libros que integran la Biblioteca de Aula, sí se realiza con supervisión de los maestros y de ninguna manera sustituye a la educación valoral y a la proporcionada en el núcleo familiar”, planteó Miguel Alonso Raya, egresado de la Normal Rural El Mexe, maestro durante más de 20 años y miembro del Sindicato Nacional de Maestros.

Agregó que “la lecto escritura son competencias en las que México resulta reprobado, de acuerdo a los exámenes internacionales en los que ha participado y, peor aún, de analfabetas funcionales quedando evidente la incapacidad de los mexicanos para la comprensión de textos: 7 de cada 10 no entienden lo que leen. A la edad de 15 años los alumnos no tienen hábitos o habilidades para integrar varias partes de un texto o identificar una idea principal. Los títulos que integran esta Biblioteca son sugeridos por maestros y especialistas a través de una amplia consulta, tienen un papel didáctico y permiten a los alumnos acceder a obras que difícilmente conocerían de otra forma”.

Finalmente, advirtió que “fue un error haber aprobado la iniciativa en comento y se debe rechazar cualquier iniciativa de este tipo que atenta contra la libertad. Sacar los libros de los salones de clase de las escuelas primarias no significa un combate al narcotráfico ni mucho menos es una acción preventiva que beneficie la formación cultural de los niños y los jóvenes si se intenta ocultar esta realidad. Olvidarlo, sería regresar al oscurantismo”