La reforma a los sistemas de pensiones de nuestro país debe tomar en cuenta las condiciones en que éste se desarrolla y “no propiciar más desatinos por seguir dogmáticamente las recetas de los organismos financieros internacionales, como las privatizaciones, las políticas de contención al salario y al empleo, los recortes presupuestales a los programas sociales y la apertura indiscriminada de los mercados”, respondió el diputado Miguel Alonso Raya, presidente de la Comisión de Seguridad Social, al documento que dio a conocer ayer el Banco Mundial, denominado “Visión Internacional sobre sistemas de pensiones y reformas”.

De acuerdo con este estudio, el Banco Mundial plantea que en México persiste la debilidad de sus sistemas de pensiones, debido a la ausencia de una reforma para los trabajadores al servicio del Estado. Considera que, a pesar del costo político que esto puede implicar, es necesario reformar el sistema pensionario de la burocracia de forma tal que sea autosustentable, sin generar presiones fiscales en la economía.

Al respecto, Miguel Alonso Raya precisó que ”los retos de la seguridad social en nuestro país no sólo deben atender la viabilidad financiera: es necesario aumentar su cobertura, revisar la calidad y oportunidad de los servicios que presta y la equidad para que no haya sistemas de privilegio”.

Es importante, además “no limitar la reforma a la seguridad social sólo al tema de pensiones, pues sin servicios adecuados de salud, sin prestaciones sociales y económicas y sin la previsión y atención a los riesgos de trabajo, la seguridad social pierde su sentido como un sistema integral que debe propiciar el desarrollo del individuo, de las familias y promover entre la población una mejor calidad de vida, productiva, sana y segura ante las contingencias de la vida social y económica”.

Es falso, aclaró, “que nuestro país se encuentre rezagado porque no ha reformado los sistemas de pensiones de la burocracia. La evaluación que hace el Banco Mundial omite mencionar que las reformas a los sistemas de pensiones en otros países no han tocado los regímenes de seguridad social de los trabajadores al servicio del Estado, de la misma forma que han mantenido sin reformar las pensiones de las fuerzas armadas. La comparación a nivel internacional de la Ley del ISSSTE debe ser con otras leyes homólogas, no con las que rigen a los trabajadores del sector privado”.

Reiteró que “para emprender una reforma al sistema de pensiones del ISSSTE, se debe partir del conocimiento de múltiples experiencias internacionales, de discusiones francas y transparentes, de acuerdos con los sectores involucrados sin desdeñar el tejido del pacto social que da consistencia y estabilidad a nuestra sociedad en transformación”. También es necesario evaluar los resultados de la reforma de 1995 a la Ley del Seguro Social, agregó.

“La falta de atención y sensibilidad por parte del Gobierno Federal hacia estos temas ha provocado que la reforma del ISSSTE, que es necesaria pero que no debe ser producto de la imposición y de una visión limitada de la seguridad social, se encuentre paralizada”, opinó el legislador integrante del Grupo Parlamentario del PRD .

Concluyó que es “fundamental diseñar una reforma en la que el Estado no abdique de su responsabilidad en materia de seguridad social, cumpliendo su obligación constitucional de garantizar el desarrollo nacional integral y sustentable, que fortalezca la soberanía de la Nación y su régimen democrático”.