• Las campañas no terminan cuando nosotros publicamos resultados, agregó
• En el foro Las elecciones 2006: escenarios del poder político en México, participaron especialistas de diversas empresas encuestadoras

Representantes de las principales empresas encuestadoras del país coincidieron en que los sondeos que realizan influyen en el resultado de la elección en el sentido de que generan estados de ánimo, aunque aseguraron que, por método, las encuestas son falibles y no miden la verdad.

En este contexto, aseguraron que las encuestas son sólo una fotografía que plasma el momento en el que se realizan. “Son estimaciones sobre la opinión de la gente y reflejan la intención de voto del electorado, aunque se caracterizan por tener un margen de error”, advirtieron.

Durante el foro Las elecciones 2006: escenarios del poder político en México, organizado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, Roy Campos, de Consulta Mitofsky, aseguró que el hecho de que las encuestas indiquen algún resultado, no quiere decir que el ciudadano vote por lo que se señala en esa levantamiento.

“La encuesta no influye directamente, pero sí en el resultado porque generan estados de ánimo y el voto, al final de cuentas, se emite con base al estado de ánimo”.

Roy Campos explicó que para no generar caos con las encuestas publicadas referentes a las elecciones presidenciales, “todas las que aparezcan deben leerse en su conjunto” a fin de obtener una conclusión, y aseguró que cuando una casa encuestadora emite resultados, éstos se da en un instante “y las preferencias electorales son volátiles y están en constante movimiento, pero eso nosotros no lo vemos”.

Ante ello, dijo que es importante que la gente esté informada y revise con frecuencia las encuestas “porque las campañas no terminan cuando publicamos los resultados; nosotros no tenemos la verdad”.

Respecto al debate entre los candidatos a la presidencia, efectuado el pasado 25 de abril, Roy Campos destacó que “sí hubo propuestas interesantes”, aunque lamentó que entre la población no se tenga esa percepción debido a que el ciudadano “sólo se queda con las anécdotas” que en él se desarrollaron.

Jorge Buendía, de la empresa encuestadora IPSOS-BIMSA, habló respecto a la importancia que tiene “el voto dividido”, es decir, aquellas personas que votan por un partido en la carrera presidencial y a quienes sufragan por otro partido en la carrera legislativa.

“Este tema es central porque tiene que ver con el hecho de que el partido ganador en la elección presidencial pueda tener mayoría en el Congreso, que implica gobernabilidad y aprobación de la agenda presidencial”.

Buendía explicó que el efecto del voto dividido se da por dos factores: intencionalidad e inercia. En el intencional se da con aquellas personas que quieren un gobierno balanceado y dividido, mientras que el segundo factor obedece a simpatías por algún candidato.

“Esta dinámica se prefigura cuando la gente vota, por ejemplo, podría favorecer a López Obrador en la elección presidencial, pero en menos porcentaje votarían por el PRD para la Cámara de Diputados, mientras que en el PRI se presenta el fenómeno inverso”, ilustró.

El especialista dio a conocer que de acuerdo a encuestas realizadas, en el que se preguntaba que si la mejor opción para el país es que el próximo Presidente de la República tenga mayoría en el Congreso, el 57 por ciento de los encuestados se pronunció en favor, por 31 por ciento en contra.

Asimismo, Jorge Buendía dijo que en este análisis de persona por persona, aproximadamente 15 millones de habitantes emitirían su sufragio de “manera dividida”, lo que equivale a un 22 por ciento.

“Este porcentaje de población que votaría de manera dividida traerá implicaciones importantes para la composición de la Cámara de Diputados y la gobernabilidad del país”, advirtió.