Estimaciones de la Agencia Internacional de Energía refieren que el escenario de la economía mexicana es crítico y el ocaso de los ingresos petroleros no pueden estar más allá de dos décadas.

Agrega que la producción de crudo en México alcanzará un máximo de 4.1 millones de barriles diarios hacia el 2010 y a partir de ese punto, la producción podría permanecer constante durante una década más para luego declinar a 2.7 millones de barriles diarios hacia el 2030.

Asimismo asume que habrá un aumento de 2 por ciento anual en la demanda interna de energía y la del petróleo alcanzará 3.5 millones de barriles diarios en las próximas dos décadas, es decir, que en el 2030 México inevitablemente será un importador neto de crudo.

Ante este panorama, el diputado federal del PAN, Moisés Alcalde Virgen propuso, a través de una iniciativa, modificar la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria para dar pie a un fondo estratégico petrolero que se erigiría a partir de la fusión del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas y el Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros.

Sostuvo que el desafío es incrementar el horizonte fiscal, sobre todo, cuando la situación se vuelve más grave al considerar que bajo el actual régimen fiscal, Petróleos Mexicanos está comprometiendo su propia capacidad operativa.

“El régimen fiscal sólo permite a la paraestatal mantener una tercera parte de sus ingresos, lo cual dificulta la reinversión y la generación de infraestructura exploratoria”, indicó.

El diputado panista señaló que el escenario es dramático por dos razones, primero, porque diez o veinte años en el proceso de desarrollo económico significan el futuro inmediato de un país y “con esta consideración, en dos o tres sexenios veremos llegar este lapso crítico”.

Segundo, añadió, porque el presupuesto federal depende en más del 30 por ciento de los ingresos de la explotación de ese recurso y no existe hasta el momento ningún plan contingente concreto para enfrentar el evidente descenso de los ingresos petroleros. “El país cuenta, a partir de hoy, con 10 años de viabilidad probada, antes de enfrentarse a una situación crítica”.

Dijo que es criticable, desde una perspectiva meramente económica, que los ingresos provenientes del petróleo se distribuyan en obra pública de dudosa relevancia social con el fin de alcanzar, no el progreso, sino el desarrollo sustentable del país en momentos críticos, ubicados en el punto de la curva descendente de los rendimientos.

En este sentido, aseveró que resulta censurable que no exista una ponderación adecuada sobre el crecimiento y cobertura de las necesidades de la población contemporánea y las necesidades sociales, económicas, y culturales que enfrentarán las futuras generaciones.

“Estas consideraciones nos llevan a calificar de irracional e irreflexiva la devastación del recurso natural, pues desde 1938, año de la nacionalización, no ha habido una adecuada organización con el fin de crear activos duraderos y sustentables. El recurso petrolero, que no es renovable, lo hemos dilapidado irresponsablemente en menos de cuatro décadas”, opinó.

Abundó que el fondo estratégico petrolero propuesto permitirá la conformación de un cúmulo de ingresos derivado de la generación de los excedentes petroleros y no petroleros, autorizados por la Ley de Ingresos.

Explicó que los ingresos excedentes que se destinen a dicho fondo conformarían un activo no distribuible y se utilizarían para afrontar una caída en la recaudación federal participable o de los ingresos petroleros.

“Este fondo garantizará la sostenibilidad fiscal para un horizonte temporal más lejano, a la vez que extenderá el plazo para la búsqueda de alternativas fiscales y energéticas. Sin embargo, el aspecto más relevante es que se resguardará el valor del activo petrolero en su etapa final y permitirá un uso administrativo y económico más racional”, subrayó.

Alcalde Virgen argumentó que la creación del fondo estratégico petrolero fortalecerá el federalismo en la medida en que garantizará flujos sostenibles, desde el punto de vista fiscal, para un mayor horizonte temporal.

Concluyó que el debate debe radicar en cómo generar ingresos alternos no petroleros, provenientes de fuentes económicas estables y sostenibles, que permitan realmente fortalecer las haciendas locales. “Debemos entender que nos enfrentamos a un problema económico real: la finitud del petróleo no es un mito ni una ilusión”.

La iniciativa plantea reformar y adicionar los artículos 19, fracciones IV y V, y 21, fracción II, de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.

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