De 1999 a mayo de 2007, se estima que dos mil 944 personas han muerto en su intento por cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, producto del endurecimiento de las medidas de control implementadas por las autoridades migratorias norteamericanas.

De acuerdo con una investigación del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados, los operativos puestos en marcha desde 1990 (Guardián, en California; Salvaguarda, en Arizona o Río Grande, en Texas), aunados a la construcción de un doble muro en mil 126 de los tres mil kilómetros de frontera entre ambas naciones, no han logrado contener los flujos migratorios.

Por el contrario, establece José de Jesús González Rodríguez, autor del texto Notas sobre migración y derechos humanos México-Estados Unidos, la migración indocumentada en los últimos años se ha desplazado hacia vías más peligrosas, motivando con ello un incremento alarmante de personas muertas.

Aunque no existe una cifra exacta de los migrantes fallecidos en la frontera con Estados Unidos, datos de la propia Patrulla Fronteriza (Border Patrol), aceptan que 2005 fue el año en el que se registraron más casos con 464, seguido de las 441 muertes de 2006. De hecho, de enero a mayo de 2007, se reportaron 85 fallecimientos.

En 1999 se consignaron 250 muertes; 383 en el año 2000; 336 en 2001; 320 en 2002; 340 en 2003 y 325 en 2004, lo que, de acuerdo con la investigación, “denota la gravedad del problema y refleja las serias contradicciones en la relación entre nuestro país y Estados Unidos”.

Paralelamente, las detenciones llevadas a cabo por la Patrulla Fronteriza entre 1980 y 1985 crecieron en casi un 60 por ciento y aunque en los años posteriores se registraron altibajos, la tendencia fue alcista hasta el año 2000, cuando se alcanza un cenit con la aprehensión de un millón 676 mil personas.

En 2001, la cifra de detenidos fue de un millón 266 mil migrantes indocumentados; en 2002, 955 mil; 932 mil en 2003; un millón 160 mil en 2004 y un millón 189 mil en 2005.

El investigador González Rodríguez señala que la reducción en el número de aprehensiones es explicable por el endurecimiento de la política migratoria de Estados Unidos: “las personas que buscan ingresar a ese país lo hacen por rutas cada vez más agrestes, lo cual motivó la reducción momentánea de esa variable en el periodo 2001-2003. A partir de 2004 se presenta nuevamente una tendencia alcista”.

De hecho, el Instituto Nacional de Migración (INM) confirma estos índices y precisa que en 2003 se rescataron a dos mil 366 migrantes; se atendieron 334 heridos, a 173 extraviados y a 996 protegidos de conductas delictivas.

Para 2006, esas cifras se elevaron y el INM rescató a siete mil 743 connacionales; atendió a 400 heridos; a 120 extraviados y a 112 protegidos de conductas delictivas.

De enero al 22 de mayo de 2007, los reportes que se tienen indican que se han rescatado a mil 834 indocumentados; a 60 heridos; a 39 extraviados y a 76 personas protegidos de conductas delictivas.

Las anteriores estadísticas, según la investigación, demuestran que el cruce de la frontera entre ambos países es una actividad sumamente riesgosa que puede colocar a los indocumentados en situaciones de alta vulnerabilidad y desprotección.

“Estos migrantes enfrentan una serie de dificultades derivadas del racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia, que se expresan en formas de discriminación de diverso cuño, así como también en abusos, violencia y engaños en el caso de la trata de personas, amenazas a su integridad física y riesgo tangible de muerte”.

Esto obliga a que México y Estados Unidos diseñen políticas específicas “que eviten acontecimientos tan lamentables como la violación de derechos humanos y la muerte de migrantes”.

El fenómeno migratorio, concluye el análisis, debe abordarse de manera integral y desarrollarse una política de carácter multilateral que garantice el respeto y protección de los derechos humanos.

El texto Notas sobre migración y derechos humanos México-Estados Unidos de José de Jesús González Rodríguez forma parte del ejemplar número 2 del Reporte CESOP, que se presentará este miércoles en una mesa de debate a la que asistirán Walter Astie Burgos, ex embajador alterno de México en Washington; Rossana Fuentes Berain, profesora del Departamento de Estudios Internacionales del ITAM; y de los diputados Samuel Aguilar Solís (PRI), integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores y Salvador Barajas del Toro (PRI), presidente del Comité del CESOP.

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