Querétaro, Qro.- En la clausura del segundo foro de consulta regional para la Reforma del Estado, un número importante de propuestas se manifestó por la creación de un Jefe de Gabinete que comparta las tareas de gobierno,además de desaparecer la Secretaría de la Función Pública y concentrar la tarea de fiscalización en la Auditoría Superior de la Federación para evitar intereses de partido.

Las propuestas, indicó la diputada María del Pilar Ortega Martínez (PAN),serán muy importantes para la construcción de un mejor país, por lo que se enviarán a la Comisión Ejecutiva de Negociación y Construcción de Acuerdos del Congreso de la Unión para su consideración.

Destacó que los legisladores están conscientes de la gran labor que tienen ante sí, al compaginar todas las propuestas y sumarlas a las de los partidos políticos.

Informó que se presentaron 101 propuestas por parte de ciudadanos, académicos, legisladores y organizaciones no gubernamentales, cuyo diagnóstico se centró en la certeza de que el régimen presidencialista, como forma autocrática de gobierno, ha concluido y se debe modificar.

Enfatizó que, del mismo modo, se coincidió en que la Reforma del Estado debe procurar la gobernabilidad democrática de México, en la que el ciudadano pueda dar seguimiento a las acciones de su gobierno y donde éste no eluda su deber de rendir cuentas; de ejercer el poder público de manera transparente y ser objeto de responsabilidad política y jurídica en el ejercicio de sus funciones.

Por su parte, el senador Arturo Escobar y Vega (PVEM), coordinador de la mesa para la recepción de los trabajos,destacó que en el evento, cada una de las instituciones nacionales fue objeto de análisis; no obstante, la mayor parte de los esfuerzos se dirigió a la reflexión sobre el Congreso de la Unión y la Presidencia de la República.

En este sentido, añadió que se discutió sobre la necesidad de actualizar el marco constitucional y legal del Poder Legislativo y, consecuentemente, las normas que regulan la interrelación de las cámaras del Congreso de la Unión con el Ejecutivo Federal.

De igual forma, se planteó actualizar a la Presidencia de la República para hacer de ella una institución que, aunque esté debidamente controlada en el marco de la Constitución, sea al mismo tiempo un instrumento del pueblo para gobernar con eficacia.

El legislador del PVEM enumeró las propuestas recibidas, entre las que destacan aquéllas que plantean la creación del Jefe de Gabinete; la autonomía del Ministerio Público; reconocer el derecho del Presidente y Secretarios de Estado a acudir, con voz pero sin voto, a las Cámaras del Congreso.

Asimismo, la aprobación del Plan Nacional de Desarrollo por parte del Legislativo; autorización del Congreso al Presidente de la República como regla general para realizar actividades oficiales en otros países; Creación del Consejo Económico y Social de la República; modificar el formato del Informe Presidencial; reelección de diputados, y senadores; e introducir mecanismos de democracia directa como la iniciativa ciudadana, el plebiscito y el referéndum.

También, la supresión de los senadores de representación proporcional; limitación del fuero constitucional; introducir un régimen de incompatibilidades de los legisladores y fortalecer las facultades de la Auditoría Superior de la Federación.

Previo a la clausura, los especialistas Francisco José Paoli Bolio, Daniel Armando Barceló Rojas y Daniel Márquez Gómez, coincidieron en que el sistema presidencial está agotado y que se requiere urgentemente la reforma de las instituciones ya que, de no hacerlo, se corre el riesgo de un posible conflicto entre los Poderes y, en consecuencia, no se lograrían los acuerdos para las grandes reformas que el país necesita.

Daniel Armando Barceló destacó las fallas del actual sistema presidencial, entre otras, que desde su diseño no se tenía contemplado el pluripartidismo, lo que provoca el fenómeno del gobierno dividido; las amplias facultades del Ejecutivo en detrimento de la función de control del Congreso, además de que se anula la reelección como instrumento básico de exigencia popular de responsabilidad política.

En tanto, Daniel Márquez Gómez afirmó que la Reforma del Estado es necesaria para la sobrevivencia de la República, ante la falta de legitimidad de las instituciones vigentes.

En este contexto, planteó que un elemento clave para la transformación de la institucionalidad es la reforma del Poder Ejecutivo, “que en nuestro país representa al denominado presidencialismo”.

Propuso que para terminar con ese presidencialismo “omnímodo” se analice la posibilidad de conciliar este régimen con el modelo parlamentario y se incorpore un Jefe de Gabinete, que comparta las tareas de gobierno, así como eliminar la Secretaría de la Función Pública y concentrar la tarea de fiscalización en la Auditoría Superior de la Federación para evitar intereses de partido.

Finalmente, Francisco José Paoli Bolio aseveró que la forma de gobierno se encuentra desbordada por las fuerzas políticas y sociales, que se desenvuelven en un marco democrático y se confrontan al no contar con las instituciones y procedimientos adecuados.

Manifestó su inclinación por un gobierno de gabinete que estimule la formación de gobiernos plurales para una gobernabilidad democrática y consideró que esta reforma puede ser vista como una decisión política fundamental.

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