El diputado César Camacho Quiroz (PRI), presidente de la Comisión de Justicia,señaló la necesidad urgente de dar mejores resultados en el Congreso para lo cual se requiere voluntad política y claridad de propósitos y proyectos a fin de reflejar con la mayor objetividad las demandas de la sociedad.

Durante la clausura del Curso Taller “El Funcionamiento del Congreso, Comisiones y Técnica Legislativa”, el legislador mexiquense dijo que parte del deterioro democrático puede atribuirse a los legisladores; por ello, explicó, es necesaria una mayor productividad. “Hoy que estamos bajo el escrutinio más nos vale generar productos jurídicos que sean socialmente apetecibles y jurídicamente impecables”.

En el evento, el diputado Alfredo Ríos Camarena, presidente del Comité del Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias (CEDIP), indicó que México necesita un Congreso con mayor participación democrática, mayores facultades y mejor organización, y aseguró que la Reforma del Estado no podrá ser posible sin pasar por una reforma del Congreso.

Reconoció la labor de los trabajadores de servicios parlamentarios “que son el corazón del desarrollo de una mejor Cámara” e hizo votos porque éste sea el arranque de una serie de trabajos que ya están agendados por el CEDIP para darle otra fórmula académica al desarrollo de la Cámara de Diputados.

Más adelante, Alejandro Chanona Burguete, coordinador del grupo parlamentario de Convergencia, indicó que sin reglas claras y procedimientos bien delineados, cualquier intento de avanzar en la democratización del Estado, en la Reforma del Estado o la optimización del ejercicio de Constitucional, no llegará a buen puerto.

Resaltó que en un país donde no hay reelección legislativa, es de vital importancia mantener los vínculos de comunicación y el encuentro con los equipos de trabajo que permiten al legislador “traducir su proyecto y cumplir a su electorado”.

Señaló que la “ciencia de lo legislativo” debe tener un rango superior, “porque ahí es donde podemos compartir con el personal de apoyo parlamentario las urgencias, los afanes, los compromisos y la visión de construir leyes y lograr un país más incluyente y más justo”.

Al clausurar el evento, el senador Heladio Ramírez López (PRI) afirmó que los legisladores tienen la responsabilidad y la decisión de recuperar la confianza de la sociedad ante el grave deterioro que ha sufrido el Poder Legislativo.

“Una campaña de desprestigio que ha buscado minar nuestro quehacer parlamentario y que cuestiona el papel del Congreso ante los graves problemas que laceran al país. El reto que tenemos es revertir esa percepción, superar la orfandad ideológica que vivimos y hacer florecer los argumentos de la política por encima el pragmatismo del mercado”.

Agregó que México no quiere más improvisaciones, omisiones ni simples excusas o ligerezas. Busca otra manera de actuar, de hablar, de proponer, por eso es urgente buscar las claves que nos permitan dar un futuro cierto al país.

Destacó que se requiere un Parlamento que en la riqueza de su pluralidad, modernice verdaderamente al Estado con reformas estructurales profundas, que actualicen y cambien las leyes, pero también la injusta realidad del país.

Durante los trabajos del día de hoy, participó el diputado Diódoro Carrasco Altamirano (PAN), presidente de la Comisión de Gobernación, quien aseguró que en la discusión de la Reforma del Estado, el tema central es la relación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo y la capacidad para construir incentivos, para dialogar, pactar e impulsar reformas de fondo o estructurales.

Añadió: “si queremos construir y avanzar, no donde un poder colonice a otro, sino buscando darle mayores facultades a ambos, debemos revisar el tipo de reformas que necesitamos hacer al Legislativo para ser más eficaces, ágiles y competitivos en el cumplimiento de nuestra responsabilidad”.

Durante su exposición Benito Nacif, del Centro de Investigaciones y Docencia Económicas (CIDE), destacó que con los cambios políticos de 1990, inició una nueva era del Congreso que representó una mayoría potencial que tiene la motivación de recuperar el terreno perdido y empezar a hacer su propia contribución legislativa y competir con el Ejecutivo.

Añadió que hubo un gran impacto de estos cambios del equilibrio de poderes en el funcionamiento de las comisiones, que han desarrollado una mayor capacidad para contribuir al trabajo legislativo, competir con el Ejecutivo y han ganado independencia.

Esto, dijo, se ha reflejado en los indicadores del trabajo legislativo, con el porcentaje que representan las iniciativas del Presidente. Dijo que en el total de la legislación aprobada se ha reducido sustancialmente esta cifra pues de ser cercano al 100 por ciento, en la Legislatura pasada fue sólo del 4 por ciento. “El Ejecutivo dejó de tener la presencia dominante en la agenda legislativa, dejó de definirla”.

Dijo que durante el largo periodo que el Congreso estuvo controlado por un solo partido, se limitó a revisar y a aprobar las iniciativas del Ejecutivo. “Hasta 1997, el 90 por ciento de las iniciativas aprobadas por el Congreso eran enviadas por el Ejecutivo y las de los legisladores se quedaban en comisiones, lo cual limitaba su trabajo a ser una especie de filtro”.

Por su parte, Javier Romo Michiaud, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, señaló que aprobar la reelección legislativa es conveniente para México, pero con algunas variantes, como sería acortarla en el tiempo y por la vía uninominal, de manerade que no tenga la posibilidad de llegar por la vía de la representación proporcional.

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