México requiere aumentar la inversión pública y privada en aproximadamente 60 mil millones de dólares al año para alcanzar niveles de crecimiento económicos cercanos al seis por ciento.

Afirmó Raúl Aníbal Feliz Ortiz, especialista del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), al presentar las “Perspectivas de la Economía Mexicana 2007-2008”, en las que destaca que éste es un año de desaceleración considerable, al pasar, en 2006, de 4.8 por ciento, al 3 por ciento y, para 2008 se prevé una recuperación con niveles de 3.8 por ciento.

Explicó que la economía mundial vive uno de sus mejores episodios de crecimiento en los últimos 100 años; “lo malo de este caso es que la mexicana, con un enorme potencial, esté creciendo apenas al 3.1 por ciento”.

Agregó que esta época de expansión ha sido desperdiciada por México, “nos hemos conformado con la mediocridad, pues comparado con países equivalentes, se evidencia un desempeño muy por debajo del promedio”.

Dijo que México invierte actualmente cerca del 21 por ciento del Producto Interno Bruto, por lo que es necesario otorgar los incentivos correctos para detonar la aceleración y el crecimiento con niveles de inversión del 27 ó 28 por ciento del PIB.

Durante su exposición ante el Centro de Estudios de Finanzas Públicas, el investigador señaló que se requieren reformas estructurales orientadas a la atracción de mayores inversiones de los sectores público y privado, y una asignación más eficiente de losmismos.

Destacó que, de aprobarse, la Reforma Fiscal tendría un impacto muy positivo pues ayudaría al crecimiento económico, fortalecería la estabilidad macroeconómica, permitiría tasas de interés más bajas y una oferta mayor de crédito.

Asimismo, señaló que la propuesta fiscal del Ejecutivo debe tener un sesgo recaudatorio y se pronunció a favor de implementar la Contribución Empresarial de TasaÚnica (CETU). No obstante, indicó que el gravamen propuesto es muy alto y nos resta competitividad frente a otros países.

Consideró que la nueva contribución debe complementarse con una reforma al Impuesto Sobre la Renta (ISR) y, a futuro, del Impuesto al Valor Agregado (IVA).

“Lo importante es que estamos discutiendo la CETU y el tema es cuál va a ser la tasa; a lo mejor no es la que plantea el Ejecutivo pero lo importante es que se apruebe y cuidar que no sea muy baja”.

También se pronunció porque las reformas que requiere el país sean tema de todos los días para adaptar el mundo legal al mundo real.

“Una Constitución razonable no debe tener principios sagrados, porque el mundo cambia; debe definir principios generales y ser flexible, adaptarse a las circunstancias, pero no legislar sobre cosas particulares porque se convierte en una camisa de fuerza, como por ejemplo en el caso de PEMEX”.

En este sentido, indicó que la paraestatal pierde dinero en una época en que el precio internacional del petróleo está en muy buenos niveles, está limitada para hacer inversiones, pues tiene una gran cantidad de reservas potenciales pero no cuenta con los recursos para explorarlas, cuando existen empresas que tienen el dinero y la tecnología necesaria para ello.

“En el caso de PEMEX hay que hacer algo; si se mantiene la rectoría del Estado, hay que ver cómo le inyectamos dinero de manera importante sin que se desperdicie; si se permite mayor inversión en PEMEX se podría desatar un crecimiento de la economía mexicana en muy corto plazo”.

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