De acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología (INE), en los últimos 43 años se han liberado al ambiente aproximadamente 189 mil 382 toneladas de materiales tóxicos provenientes de residuos de pilas y baterías.

Además, casi el 50 por ciento de las pilas que se consumen en los hogares provienen del comercio informal y se arrojan a los tiraderos, sin conocer cuál es el contenido de las mismas ni las consecuencias que generan al entorno ecológico.

Ante esto, los diputados Diego Cobo Terrazas, Jesús González Macías y Xavier López Adame, del Partido Verde Ecologista de México, presentaron una iniciativa en la Comisión Permanente que pretende crear un “impuesto ecológico” que cobre una tasa de 30 por ciento al consumo de pilas y baterías.

Xavier López Adame, secretario de la Mesa Directiva, aclaró que el gravamen se propone a través del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), por lo que no se afectaría la importación y exportación de dichos productos.

Manifestó que el impuesto no pone en riesgo los empleos, “siendo que dichos productos no se fabrican en México, además el gasto de pilas representa el 0.047 por ciento del gasto trimestral de los mexicanos, por lo que no se propiciaría inflación ni se afectaría al bolsillo de los consumidores”.

Agregó que los recursos recaudados se destinarían a tres fondos administrados por la Secretaría de Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), “uno de ellos es para la gestión adecuada de esos residuos que posibilite la construcción de plantas de confinamiento apropiado o reciclaje de dichos productos”.

Otro fondo se destinaría para que la Semarnat verifique que las empresas comercializadoras de pilas y baterías están cumpliendo con los ordenamientos del impuesto ecológico.

López Adame agregó que parte de estos fondos se otorgarían a organizaciones ambientalistas no lucrativas para que establezcan centros de acopio e incentiven a los ciudadanos para que desechen sus pilas en forma apropiada.

De forma temporal, existiría un fondo para el combate al contrabando de pilas y baterías, el cual se utilizaría para que la Semarnat elimine los bienes que ingresan al país de forma ilegal y se comercializan en el mercado informal.

El legislador informó que las empresas que establezcan y cumplan con programas de manejo responsable de residuos de pilas y baterías, tendrán derecho a la devolución del gravamen.

Puntualizó que entre los objetivos de este “impuesto ecológico” no sólo se encuentra la recaudación, sino que pretende modificar conductas perjudiciales al ambiente por parte de productores y consumidores.

La iniciativa fue turnada a la Comisión de Hacienda y Crédito Público para su análisis y dictaminación, a fin de que sea presentada ante el Pleno en el próximo Periodo Ordinario de Sesiones.

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