La educación ambiental, cuando se imparte desde temprana edad, contribuye al conocimiento de la población, al manejo y conservación de los recursos naturales, así como la creación de conciencia en la gente sobre la problemática del deterioro de la naturaleza sin detener el desarrollo económico de un país.

Ante ello, el diputado Manuel Portilla Diéguez (PVEM) presentó una iniciativa que reforma los incisos b) y c) y adiciona un inciso d) al Artículo 3º constitucional, a fin de que dicha formación académica cimiente los valores, aptitudes y actitudes para comprender la interrelación del hombre y su entorno natural.

Asimismo, el legislador explicó que el objetivo de la iniciativa es instaurar como derecho constitucional recibir una educación que fomente la conciencia ambiental, tanto a nivel individual, como en el cuidado de su entorno, a través del respeto a la sociedad.

Agregó que actualmente en todo el mundo las necesidades de la población han provocado una sobreexplotación de los recursos naturales, atentando la buena calidad de vida de las actuales y futuras generaciones.

Por ello, se requiere establecer un modelo educativo encaminado a fomentar el desarrollo sustentable, que proteja los recursos naturales e implemente los procesos ecológicos que preserven la vida en el planeta.

Portilla Diéguez indicó que para el desarrollo adecuado de este modelo se deberá capacitar a los maestros sobre temas como ecología, geología, meteorología, geografía física, botánica, química, física; así como temas de protección civil en caso de desastres naturales.

“Estos conocimientos en el educando derivarán en un mayor criterio del cuidado del medio ambiente y las repercusiones que conlleva en sí su deterioro”, aseveró.

El diputado precisó que la educación ambiental es una actividad cada vez más reconocida por gobiernos y organismos internacionales como una herramienta útil en la difusión de la problemática ambiental y como promotora de prácticas conservacionistas.

Argumentó que la educación ambiental ha reconocido que su labor fundamental es promover el conocimiento, cuidado y mejor aprovechamiento de los recursos naturales, a través del desarrollo de patrones de comportamiento humano que no sean destructivos del medio natural donde se desarrollan las sociedades.

Portilla Diéguez informó que éste es un proceso a mediano plazo y comienza desde la transmisión de conocimientos y valores en las familias, así como la influencia de medios masivos de información y los sistemas formales de escolarización.

“Aunado a esto, el modelo educativo contribuye en el medio rural en la labor de creación de conciencia sobre problemas ambientales y el cuidado del entorno, derivando en un papel protagonista del poblador rural en la intervención activa en las decisiones sobre la gestión de sus recursos naturales”, sentenció.

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