·La nueva ley electoral obliga a realizar campañas austeras

En las campañas federales de 2009, para la elección de diputados, habrá un ahorro cercano a los mil 200 millones de pesos gracias a las recientes reformasaprobadas por el Congreso de la Unión, destacó el secretario de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, Gerardo Sosa Castelán (PRI).

Indicó que para el proceso del próximo año, los partidos políticos recibirán un monto aproximado de 800 millones de pesos en lugar de los dos mil 670 millones en 2006.

Es decir, explicó, de 37.6 millones de pesos que gastarían diariamente los partidos políticos en la elección del 2009, con las reformas, el monto se reduce a 13.3 millones de pesos diarios.

Recordó que el nuevo ordenamiento electoral apunta que el financiamiento público para las campañas de renovación de la Presidencia de la República, el Senado y la Cámara de Diputados en el mismo año, equivaldrá al 50 por ciento del que le corresponda a cada partido político.

“Cuando sólo se elijan diputados federales, la ley señala que el financiamiento para cada partido político será del 30 por ciento”, aseguró.

Mencionó que de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, en su informe de la Cuenta Pública de 2006 se abordaron temas fundamentales relacionados con la vida democrática del país, entre otros el polémico proceso federal electoral para Presidente de la República, senadores y diputados.

“La ASF consideró que dicho proceso ubicó a México como el segundo país más caro en el costo por voto de cada ciudadano, sólo detrás de Cambodia”.

Además, abundó el diputado Sosa Castelán, estudios del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) confirman que nuestro país se situó en el último lugar de las naciones con transición democrática, después de El Salvador, Paraguay, Lesotho, Liberia, Uganda y Rusia.

Dijo que ahora, con las nuevas reglas, los partidos políticos deberán de realizar campañas austeras, por lo que están obligados a efectuar cambios sustanciales en la forma de impulsar a sus candidatos.

Afirmó que el alto presupuesto público para las campañas electorales había generado una gran dependencia financiera de los partidos políticos y sus candidatos, forjando además, una mayor pereza institucional para impulsar labores de proselitismo, propaganda, organización y movilización.

“De ahora en adelante se requerirá impulsar una reingeniería presupuestal para eficientar los recursos y regresar al trabajo de las bases y estructuras partidistas”, concluyó.

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