·Sin política de inversión habría colapso económico, advierte

De continuar la desaceleración de remesas provenientes de Estados Unidos y no incentivar la inversión, en el corto plazo, medio país se podría convulsionar económicamente, afirmó el diputado Edmundo Ramírez Martínez (PRI), secretario de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios.

Recordó que en 2006 el país captó 23 mil 500 millones de dólares por concepto de remesas familiares y en 2007, 25 mil 300 millones de dólares, sin embargo, añadió, se prevé que para este año se registre un descenso motivado por diversos factores.

Indicó que la desaceleración más fuerte se registrará en el 2010, cuando habrá un decremento real de las remesas que, aunado a la carencia de una política pública de inversión provocaría una convulsión en el corto plazo.

El problema, aseguró Ramírez Martínez, no es el aumento o decremento de los envíos, sino la falta de una política que permita al gobierno federal captar parte de esos recursos y destinarlos a proyectos productivos.

Mencionó que las remesas en nuestro país son destinadas en un 98.5 por ciento al autoconsumo de las familias, en tanto que únicamente el 1.5 por ciento se dedica a la inversión productiva.

El legislador aseguró que en su comisión se busca impulsar una política pública que promueva empleos en las regiones más apartadas. “La gran preocupación de nosotros es precisamente, en este caso, que podamos tener un mecanismo de incremento de las inversiones productivas de las remesas”.

Añadió que en el próximo periodo ordinario de sesiones se buscará aprobar un dictamen de reforma a la Ley Federal de Protección al Consumidor, a fin de que se meta en cintura a los centros y casas de cambio.

“Evitar los abusos de estas casas de cambio y que no haya ordeña de las remesas, que en muchos de los casos llega hasta el 20 por ciento”.

“Parece mentira y suena irónico que en la Ley Federal de Protección al Consumidor no exista un capitulado que proteja a los usuarios de centros cambiarios y de casas de cambio, las cuales, en un determinado momento, se convierten en tiendas de raya”, dijo.

Afirmó que para nadie es desconocido que al momento de cambiar un giro se engancha a las familias para que el dinero enviado lo inviertan en la compra de artículos que vende dicho centro.

“Vamos a ir tras las casas y centros de cambio, pero con la ley en la mano; por eso en la iniciativa involucramos a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores”.

Concluyó que se plantea fortalecer las políticas económicas regionales, a fin de que los municipios y los estados puedan invertir una parte de las remesas que reciben las familias.

De igual forma, abundó, se revisará el Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE) para que no afecte las remesas sino, por el contrario, que genere incremento en el ahorro.

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