La Comisión de Reforma Agraria de la Cámara de Diputados aprobó un dictamen para que las Uniones Regionales Agrícolas acrediten la participación de mujeres en los cargos de delegadas propietarias y suplentes, para que estén representadas las asociaciones agrícolas conformadas por mujeres.

El documento, avalado en reunión de trabajo de la Comisión que preside el diputado Ramón Ceja Romero, refiere que sólo el 18 por ciento de las mujeres son titulares de tierras; mientras que en el 30 por ciento de los hogares campesinos ella es el único sostén de la familia, y en otro 30 por ciento, contribuye para su sostenimiento.

Añade que el objetivo es impulsar la participación de las mujeres en el desarrollo económico rural, a través de la organización de cadenas productivas y comercializadoras de productos agrícolas, constituidas por mujeres.

Precisa que las asociaciones locales se denominarán Asociaciones Agrícolas Locales y estarán integradas no sólo por productores especializados, sino también por mujeres productoras.

Subraya que en el país viven más de 103 millones de personas, de las cuales, el 29 por ciento son consideradas como población rural, y es dentro de este sector donde se ubica la mayor parte de mexicanos y mexicanas en pobreza alimentaria.

Considera que son las mujeres uno de los sujetos agrarios y rurales sobre los que se ha acentuado el efecto de la pobreza, la marginación y la falta de oportunidades de acceso a mejores niveles de vida, dentro del medio rural. “Y es precisamente la mujer campesina la que lleva el rol de jefa de familia rural y quien sufre cotidianamente las formas de desigualdad o discriminación de derechos establecidos en la ley”.

Según cifras del IX Censo Ejidal, refiere, 13 millones de mujeres, la mayoría pobres, viven en el medio rural; de éstas 833 mil 805 son ejidatarias o comuneras, 331 mil 570 son posesionarias y 282 mil son propietarias privadas.

Conforme a datos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las agricultoras aportan el 50 por ciento del sustento mundial y hasta el 80 por ciento en los países en vías de desarrollo. Además, están en primera línea de la seguridad alimentaria, de la conservación de la diversidad de los cultivos, la ganadería y la riqueza del medio ambiente.

Por ello, se considera que la propuesta atiende una necesidad concreta de carácter organizativo de las mujeres. Porque una de las actividades más importantes, indispensables para el desarrollo del sector rural, y para la inserción en éste de las mujeres, es la actividad organizativa.

Para acceder a sus derechos plenos, las mujeres del campo requieren organizarse, ya sea para proponer normas que les beneficien, diseñar e instrumentar proyectos productivos, gestionar recursos necesarios para su implementación y acceder al desarrollo.

“La presente reforma a la Ley de Asociaciones Agrícolas, adiciona esencialmente dos nuevos elementos: que quede explícito en la ley que las mujeres, si lo desean, tienen la posibilidad de incorporarse, en igualdad de condiciones con los varones, a las asociaciones agrícolas y a la confederación que las agrupa, o bien constituir asociaciones agrícolas de mujeres, también como delegadas en la Confederación Nacional de Productores Agrícolas”.

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