• Azteca, Avicsa, ATA y Aerocalifornia deben mil 600 mdp: Humberto Treviño
La Comisión de Turismo se reunió con el subsecretario de Transporte de la SCT, Humberto Treviño Landois; el director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), Gilberto López Meyer, y Héctor Velásquez Corona, director general del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), a fin de conocer los mecanismos para preservar la seguridad aérea y causas que provocaron el cierre de las aerolíneas de bajo costo.

El presidente de este órgano legislativo, diputado Octavio Martínez Vargas, manifestó que el cierre de operaciones de diversas líneas aéreas, sin duda, repercute en la industria turística del país. “La cancelación de vuelos y la falta de conectividad entre ciudades ha derivado en el cierre de negocios, pérdida de empleos y divisas en esas localidades”.

Martínez Vargas dijo que se requiere transparentar el estado que guardan las líneas aéreas, a fin de darle un seguimiento puntual y así evitar malas interpretaciones.

“Lo cierto es que no sólo estas líneas aéreas registran adeudos, hay compañías con algún tipo de problemática y pareciera que las acciones están dirigidas únicamente a ciertas empresas, para favorecer a las otras”, denunció.

En su intervención, el subsecretario de Transporte, Humberto Treviño Landois informó que las líneas Azteca, Aviacsa, Aerocalifornia y ATA adeudan mil 600 millones de pesos al Gobierno federal por combustible, servicios aeroportuarios, uso de espacio aéreo, extensión de horarios, entre otros cobros.

El funcionario manifestó que las denuncias sobre “decisiones unilaterales, parciales o ventajosas en el cobro de servicios o en el trato que proporciona el Gobierno federal a las aerolíneas es sospechosismo químicamente puro”.

Afirmó que la crisis en la industria se debe a un fenómeno de carácter mundial que se agudizó por el aumento en el precio de los combustibles y el colapso financiero en Estados Unidos.

Treviño Landois agregó que las líneas aéreas perdieron en el segundo trimestre, en su conjunto, más de 5 mil millones de pesos. Dijo que la suspensión de las aerolíneas significó el cese de operaciones en 93 rutas, de esas, 75 ya son atendidas y 18 siguen pendientes.

Dijo que ante este escenario, el Gobierno federal lo que ha hecho es poner orden; “las crisis se enfrentan con orden, certidumbre y realismo”. Se ha trabajado en el terreno de la seguridad, en igualar las bases de competencia y en demandar el pago de deudas actuales e históricas que las empresas tienen con el gobierno, abundó.

Por su parte, el director general de ASA, Gilberto López Meyer, refirió que en México, de diciembre de 2005 a diciembre de 2007, el precio de los boletos bajó un 40 por ciento, lo que propició que el mercado doméstico creciera 38 por ciento.

Desafortunadamente, para este año se dieron dos fenómenos devastadores; uno, el alza histórica en los precios del petróleo; el otro, la crisis económica que afectó en todos los rubros comerciales.
“Se estima que van a desaparecer 100 líneas aéreas en todo el mundo, y hasta la fecha ya han cerrado 50; algunas más grandes que las mexicanas”, acotó.

En tanto, el secretario de la Comisión, diputado Francisco Dávila García PAN, pidió un informe preciso sobre el adeudo que registran las aerolíneas en México, “con el propósito de saber si se da el mismo trato a todas”.

En su oportunidad, el legislador Martín Ramos Castellanos (PRD) resaltó que el cierre de operaciones de las líneas aéreas debe tratarse como asunto de seguridad nacional, porque se rompe la comunicación inmediata entre las entidades federativas y el centro del país.

El diputado Armando García Méndez (PSD), secretario de la Comisión de Turismo, enfatizó que si se trata de acabar con el mercado de bajo costo lo van a lograr y consideró que de hacerlo irá en detrimento de la sociedad mexicana, “del turismo y el empleo, hay seis mil plazas laborales que se están perdiendo en este momento”.

El diputado Antonio Ortega Martínez (PRD) subrayó que en 2006 la Auditoría Superior de la Federación, mediante nueve auditorías, confirmó que ASA incumplió disposiciones normativas aplicables a la planeación, programación, licitación, presupuestación, contratación y ejecución de las operaciones en la Terminal Dos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

“En la Terminal Dos se aplicaron coeficientes de seguridad sísmica por debajo de las que obliga el reglamento de construcción del Distrito Federal. Se concluyó que el AICM estaba rebasando la media internacional de seguridad y estableció que no sólo presentaba problemas de saturación sino significaba riesgos para las aerolíneas y pasajeros”.

Añadió que “ojalá no sea una desgracia todavía mayor la que orille al Gobierno federal a actuar con mayor rapidez, responsabilidad y sentido común en la proyección del nuevo aeropuerto”.

El legislador demandó no reaccionar ante desgracias para revisar autorizaciones o licencias de los pilotos, así como documentar los criterios y normas técnicas con que funcionan los controladores.

En respuesta, Humberto Treviño señaló que el accidente del pasado 4 de noviembre no se debe tomar como inseguridad en la aviación mexicana, aunque sí “nos muestra de manera muy clara algunas fallas que habrá que castigar y sancionar”.

Añadió que se están ampliando las investigaciones para aclarar las cosas sobre el tema. Enfatizó que las normas internacionales exigen investigar a detalle.

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