• Inauguran el seminario Estado laico, democracia y libertades

A pesar del avance que se obtuvo con la separación de la Iglesia y el Estado, en las últimas décadas este tema ha causado nuevamente problemas. “Por eso es tan importante que volvamos a poner en términos constitucionales la obligatoriedad del Estado a comportarse en la laicidad”, refirió el diputado Javier González Garza, presidente de la Junta de Coordinación Política.
Al inaugurar el seminario internacional Estado laico, democracia y libertades, el legislador subrayó: “Nosotros luchamos por la libertad de cultos y la libertad individual. Esas libertades son fundamentales y hoy se ponen en duda”.
Añadió que ahora hay iniciativas de ley cuyos contenidos hablan en términos religiosos. “No podemos dejar que eso suceda; le estaríamos faltando el respeto a todas las otras creencias porque necesitamos la libertad de cultos”.

El diputado Carlos Bracho González (PAN) destacó que el Estado laico es aquél que no establece una religión oficial porque entre sus características fundamentales están la libertad religiosa y la tolerancia.
“El Estado laico contemporáneo que debemos construir tiene que caracterizarse justamente por asumir la libertad religiosa y la tolerancia para actuar con una mayor madurez política democrática”, dijo.
En tanto, la diputada priista, Beatriz Pagés Rebollar, comentó que la laicidad es una vacuna contra el fanatismo, privilegia el interés general, la libertad de pensamiento, la universalidad, la igualdad de creencias y, como consecuencia el respeto, la tolerancia; la sana convivencia de un pueblo.
Añadió que “constituye sin duda una de esas fórmulas para impedir que la política y la religión se nutran a través de peligrosos vasos comunicantes. Debe ser considerada como un instrumento emancipador que nos libere de prejuicios, de odios y de fanatismos, a través de instituir una cultura del pensamiento universal”.

El coordinador del grupo parlamentario de Convergencia, Alejandro Chanona Burguete, indicó que el Estado laico es garante de un conjunto de libertades.

Consideró que la laicidad y la libertad religiosa deben ser una concepción clara, por ser México un país muy religioso: “Respeto entre los individuos, no discriminación y exclusión”.

El legislador afirmó que para llegar a la libertad religiosa se debe garantizar un Estado libre de dogmas y capaz de entender su papel.

La diputada Aída Marina Arvizu Rivas, coordinadora del grupo parlamentario de Alternativa, comentó que hoy más que nunca es necesario la laicidad del Estado, el derecho a decidir y que la constitución lo garantice.

Micheline Milot, de la Universidad de Québec en Montréal, Canadá, dijo que la laicidad puede ayudar al Estado a ejercer su papel de garante, además de ser un instrumento de paz y un principio profundamente igualitario.

Refirió que el Estado debe garantizar que se aprueben disposiciones políticas y jurídicas, en particular en el ámbito de la educación, con el fin de promover las virtudes de la tolerancia y la confianza mutua, oponiéndose a la discriminación religiosa o por raza.

Un Estado, dijo, que establece la laicidad para garantizar la diversidad, adquiere mayor legitimidad respecto de las interpretaciones jurídicas que tienen un importante contenido católico histórico y que ya no se adaptan al contexto pluralista actual.

Explicó que es un instrumento jurídico eficiente el cual permite que los valores fundamentales necesarios al reconocimiento de la dignidad humana, la igualdad, la libertad de conciencia y su expresión sean protegidas por la neutralidad del Estado y la división de poderes.

El director del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, Roberto Blancarte, consideró que la mejor forma de garantizar la libertad religiosa es precisamente a través del Estado laico.

“La laicidad es un paso de soberanía, una soberanía popular que reconoce los derechos y se debe reforzar la idea de la laicidad y definirla”.

En su intervención, Henry Peña Ruiz, del Instituto de Estudios Políticos de París, explicó que en un Estado de Derecho la creencia particular de un ser humano no ha de ser sometida a la ley de un estado democrático. “Ha de callarse sobre las opciones espirituales de cada uno y este silencio de la ley hace posible la total libertad de cada uno, en su esfera privada de elegir su opción espiritual”.

-- ooOoo --