• Se volvió más caro y complejo el cálculo de impuestos

Ante el actual entorno de crisis económica mundial y nacional, así como el índice de desempleo, diputados, académicos y representantes de la sociedad coincidieron en la necesidad de modificar la Ley del Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU), pues señalaron que no cumplió con las metas que se fijó el Gobierno federal para su aplicación.

En el Foro Todos contra el IETU, el secretario de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, diputado Pablo Trejo Pérez, expresó que del año 2005 al 2009 los ingresos presupuestales no tuvieron un movimiento mayor en la recaudación respecto a este impuesto.

Dijo que el resultado, después de un año de su aplicación, es que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público no logró su objetivo y todo lo que se consiguió fue hacer más complejo y caro el cálculo de los impuestos para el contribuyente, pues no simplificó, sistematizó o amplió el padrón para lograr pagos ágiles.

Cuestionó el por qué crear nuevos impuestos, si se conoce el remedio para que incremente la recaudación. “Lo que hace falta es combatir la evasión y la elusión a través de un padrón de contribuyentes confiable y con una inyección al gasto público a actividades productivas”.

Antes de generar un nuevo impuesto, mencionó, se tienen que simplificar los existentes, como el Impuesto Sobre la Renta y el del Valor Agregado, y eliminar los regímenes de excepción y con ello contribuir para acabar con la evasión y elusión fiscal.

Resaltó que para las pequeñas y medias empresas el IETU provocó una carga adicional y un crecimiento en el costo del cálculo para éstas. “Se dice que en el ejercicio pasado el cálculo se incrementó en un 60 y 80 por ciento, ese es el primer impacto; que puede ser menor pero al final de cuentas es un costo adicional para las Pymes y personas físicas”.

Lo que se pretendía, dijo, es que en la medida que las empresas invirtieran tendrían deducibilidad y entonces podrían acreditarse ante los diversos impuestos: se buscaba gravar las utilidades.

“Se le concibe como un impuesto de control e incluso se señalaba que era una especie de trampa para no pagar el ISR, algunos consideran que no se respetan los principios de proporcionalidad e inequidad previstos en el artículo 31 fracción IV de la Constitución Política”.

Respecto al futuro del IETU, expresó, lo que se busca es que la SHCP haga un diagnóstico profundo sobre el impuesto para determinar si se derogan los títulos 2, 4, capítulo 2 y 3 de la Ley IETU.

Así como ajustar la tasa del impuesto que no debería ser a la alza sino ver todos los boquetes o reducciones que quedaron fuera de la reforma; revisar y eliminar la mayoría de las excepciones que se introdujeron y examinar los tratamientos especiales.

En la medida en que los impuestos sean fáciles de cobrar, sencillos, entendibles para la población y que el contribuyente no tenga especialistas, enfatizó, “el país va a tener menor recaudación y cada vez va a ser más complicado el pago de los impuestos, el cobro y la obtención de recursos públicos”.

El diputado Octavio Martínez Vargas, presidente de la Comisión de Turismo, mencionó que el IETU no ha sido el mejor método para generar empleos, y que los negocios, empresas y federación obtengan mayores ingresos.

Pedro Guillén Mariscal, presidente de la Comisión Fiscal de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, precisó que debido a que la SHCP no ha logrado la recaudación esperada, se debe aumentar la fiscalización y establecer medidas punitivas más fuertes con el propósito de alcanzar una mejor recaudación.

La actual crisis económica mundial, mencionó, permite hacer una revisión y corregir de manera inmediata el sistema fiscal, a través de tasas impositivas bajas; alcanzar una ampliación de la base de los contribuyentes al hacer accesibles los pagos y como consecuencia un incremento en la recaudación.

Si las tasas bajan o son más accesibles, dijo, se pagarían más impuestos y las empresas podrían crecer. “Debe haber generalidad en la contribución, entre más contribuyentes, menor será la carga fiscal individual”.

Se pronunció por abrogar la Ley del IETU, modificar la ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR), disminuir la tasa impositiva gradualmente y establecer una tasa generalizada del cinco por ciento para quienes no pagan el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y que el 15 por ciento siga como está para los demás.

Clara Elena Valladares Sánchez, catedrática de la Universidad Autónoma Metropolitana, se manifestó por derogar el IETU y hacer una revisión profunda al ISR, pues ante un panorama de crisis económica y de desempleo, éste se complicará desalentando las inversiones.

Destacó que el IETU no logró la meta establecida por la SHCP, de ahí que se busque una reforma tributaria que incremente la recaudación ampliando la base de contribuyentes y disminuyendo los regimenes preferenciales.

El catedrático del Instituto Técnico y Bancario San Carlos, Hilario Cervantes Sánchez, se pronunció por cancelar este impuesto, apoyar a las pequeñas y medianas empresas, bajar las tasas, cambiar dólares por metales o euros, y sobre todo, modificar el paradigma reorientando el modelo económico.

Rubén Frutis Gómez, analista en Estadística de Mercado Industrial, dijo que debido al IETU, el desempleo creció; no hubo valor agregado a la producción; las exportaciones disminuyeron; no se amplió la base gravable y se perjudicaron principalmente los programas sociales.

José Luis Alcántara, coordinador general de la Alianza Nacional de Contribuyentes, A.C., indicó que se impulsa un movimiento social que permita avanzar en un proyecto de la cultura fiscal.

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