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Boletín N°. 4027 Es más acentuada la moratoria en tarjetas que por créditos hipotecarios; llegó a 15 mil 921 MDP

• Cobran los bancos 4.7 veces más por crédito al consumo de tarjeta que lo que pagan por el ahorro familiar

El otorgamiento indiscriminado de tarjetas de crédito (TDC) en México ha traído como consecuencia el crecimiento de la cartera vencida, pues durante el periodo 2006 a enero de 2009, ascendió a 15 mil 921.11 millones de pesos (MDP), es decir, el doble de la moratoria del mercado hipotecario, que fue de siete mil 627.29 MDP.

Un estudio realizado por el Centro de Documentación, Información y Análisis de la Cámara de Diputados, denominado La regulación de la tasa de interés bancaria en el mercado de las tarjetas de crédito en México, señala que entre el primer trimestre de 2006 y el último de 2008 hubo un crecimiento de 8.5 millones de TDC, al pasar de 16.8 millones a 25.3 millones.

Explica que en ese periodo las tarjetas de crédito vigentes crecieron en 50.51 por ciento, en términos reales y su utilización se incrementó en 30.74 por ciento.

El estudio establece que los bancos cobran por el crédito al consumo vía tarjeta de crédito 4.7 veces más que lo que pagan por captar el ahorro de las familias.

Asimismo, señala que el crédito otorgado al consumo vía tarjetas de crédito es 2.9 veces más caro que el hipotecario, pues la tasa de interés promedio cobrada por los bancos es 23.7 por ciento superior al establecido para el mercado hipotecario.

Añade que el índice de morosidad (Imor) en el mercado de las tarjetas de crédito se incrementó respecto al del mercado hipotecario. En 2006, este indicador en tarjetas de crédito fue de 4.62 por ciento promedio anual, en enero del 2009 se estimó en 9.99 por ciento; para este mismo periodo, en el mercado hipotecario pasó de 2.07 a 3.21 por ciento.

En enero de 2009, por cada 100 pesos otorgados por la banca comercial para créditos al consumo vía tarjetas de crédito, 10 pesos eran incobrables, en contrapartida, en el mercado hipotecario, únicamente 3 pesos con 21 centavos están en situación de no poderse cobrar.

En materia de otorgamiento crediticio, durante el periodo 2006 a enero del 2009, el sistema bancario mexicano otorgó 277 mil 13.3 MDP anuales, en promedio, para el mercado hipotecario y 212 mil 428.02 MDP para el mercado de TDC, lo que significa que por cada 100 pesos otorgados a este segmento, otorgó 130 pesos al crédito hipotecario.

Respecto a las utilidades bancarias por tarjetas de crédito, en 2006 fueron de 46 mil 778.1 MDP; en diciembre del 2008 promediaron 58 mil 952.44 MDP y para enero del 2009 descendieron, a 57 mil 362.20 MDP.

Para este mismo periodo, el sistema bancario obtuvo utilidades en el mercado hipotecario por 11 mil 919.64 MDP; en diciembre de 2008 la utilidad promedio se estimó en 14 mil 413.14 MDP y para enero del 2009 fue de 14 mil 534.32 MDP.

El diferencial de utilidades entre el mercado de las tarjetas de crédito es significativo respecto del segmento de los créditos hipotecarios. En enero del 2009 se estimó en 42 mil 827.8 MDP, es decir, la utilidad en el primer mercado fue 3.74 veces superior que en el segundo.

El documento señala que es necesario combatir el oligopolio bancario de México para crear las condiciones que le permitan operar bajo un esquema competitivo; si se consigue este objetivo, la liberalización financiera permitirá mantener tasas de interés competitivas y utilidades bancarias que no afecten el ingreso de las familias ni las empresas.

Señala que si se reprime el mercado crediticio para que familias y empresas reciban algún beneficio de esta política, se deben regular las tasas de interés del sistema bancario y no bancario del país.

Ello, a fin de impedir que, a través del efecto sustitución, se realice el arbitraje en las tasas de interés en beneficio de los centros comerciales (sector crediticio no bancario) y en los mercados informales.

Esta política de represión financiera en el sector bancario incrementaría la demanda de crédito en los mercados formales no reprimidos (centros comerciales) y los informales, lo que conllevaría a un exceso de demanda, incrementando las respectivas tasas de interés y utilidades.

“Lograría únicamente diversificar la utilidad generada por el mercado de crédito, debido a que las ganancias que no recibiría el sistema bancario reprimido se trasladarían hacia los sectores crediticios formales no regulados y hacia los sectores informales”.

Plantea dos escenarios ante la liberalización o represión del sistema bancario y advierte que la no intervención gubernamental no coadyuva a la reducción de las tasas de interés, porque la estructura oligopólica del sistema facilita la aplicación de altas tasas de interés, el encarecimiento del proceso de intermediación financiera y amplios márgenes de utilidades bancarias.

En tanto, la represión financiera o la intervención gubernamental coadyuvarían a reducir el nivel de las tasas de interés, abaratar el proceso de intermediación financiera y reducir los márgenes de utilidades bancarios, pero generaría un escenario de escasez de crédito, afectando principalmente a los sectores de más bajos ingresos del país.

Se explica que como complemento a la propuesta de poner topes a la tasa de interés de las tarjetas de crédito, se deben eliminar las barreras legales a la entrada de competidores no bancarios, para que las grandes cadenas comerciales puedan emitir tarjetas de crédito universales o de aceptación general.

“Esta diversificación de quienes ofrecen tarjetas de crédito permitiría reducir el margen de intermediación financiera y las ganancias en los sectores bancarios y no bancarios”, se puntualiza.

Se explica que uno de los argumentos contra el establecimiento de techos en la tasa de interés, es que los banqueros podrían realizar una política selectiva del crédito, orientándolo hacia los segmentos del mercado que les ofrezcan mayor rentabilidad.

“Si el Congreso de la Unión decide reducir el margen de intermediación financiera en las tarjetas de crédito a un nivel extremo, la utilidad neta garantizada para los bancos sería del 10 por ciento y en México, ningún instrumento financiero ofrece ese tamaño de rentabilidad neta, incluyendo los créditos hipotecarios, automovilísticos o los certificados de la Tesorería”.

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