En el marco del Bicentenario de la Independencia, y el Centenario de la Revolución Mexicana, el Consejo Editorial de la Cámara de Diputados presentó el libro: Anecdotario Villista, hechos, sucesos y relatos de mi general, del autor Gilberto Jiménez Carrillo.

El diputado Alfonso Suárez del Real y Aguilera (PRD), presidente de este órgano camaral, dijo que el texto generó, durante todo el proceso de publicación, además de una gran simpatía, un reconocimiento a la forma de cómo se presentó.

“El poder acercarnos a Villa a través de esta obra, nos permite enriquecer las más diversas aristas sobre los diferentes momentos y personalidad de uno de los más importantes hitos de la historia de la patria. El anecdotario es un extraordinario aporte al conocimiento y entendimiento de Francisco Villa”, dijo.

En tanto, el diputado Luis Enrique Benítez Ojeda (PRI) señaló que el libro es parte de los proyectos que se están impulsando en el país, en el marco de los festejos de la Independencia y la Revolución, mismos que se habrán de efectuar en 2010 y donde la figura de Francisco Villa será, sin duda, una de las más destacadas y relevantes.

Resaltó que el héroe revolucionario es un personaje de estatura mundial y su figura ha sido estudiada y analizada por muchos investigadores e historiadores.

“En el marco de los festejos del Centenario de la Revolución Mexicana, la LX Legislatura decidió dar a conocer esta obra que va a llegar a manos de cada uno de los 500 legisladores, de los senadores de los interesados y al mismo tiempo va a ocupar un lugar en los anaqueles de los Congreso de los estados de la República”.

La figura del Centauro del Norte, dijo, continuará vigente. “Figura auténtica, un mito y una leyenda que cabalgó en varias regiones del país y que dejó huella nacional; eso fue Francisco Villa”.

Por eso no nos cansaremos de reconocer el esfuerzo y la trascendencia que alcanzó Doroteo Arango al unirse a la lucha social, siendo uno de los más importantes forjadores de la Revolución Mexicana”, abundó.

Al seguir recordando la figura de Francisco Villa a través del libro, el legislador del PRI resaltó igualmente la memoria de un personaje que “enarboló las causas de un pueblo con hambre y sed de justicia, exigencias que a casi cien años de haber desatado la Revolución Mexicana siguen siendo un reclamo para millones de mexicanos”.

En 1966, por su participación en los combates de la Revolución Mexicana y sus logros militares, su nombre fue colocado con letras de oro en el recinto oficial de la Cámara de Diputados y sus restos fueron trasladados de Parral, Chihuahua, a la Ciudad de México, para ser colocados en el Monumento a la Revolución.

Villa, dijo el legislador por el estado de Durango, es un personaje muy interesante, poseedor de múltiples facetas y una de ellas, añadió, se manifestaba con los niños. “Amaba a los propios y los ajenos; recogía a los desamparados y les costeaba su educación”.

El diputado Alfonso Suárez del Real abundó al respecto que, de acuerdo con las anécdotas, en efecto, Francisco Villa adoptó a 300 huérfanos.

“Cuando vino a México, y al encontrarse ante la imagen de niños en la calle de San Juan de Letrán, hoy Eje Central, le preguntó a su acompañante: ‘¿por qué están durmiendo esos niños en la calle?’ Y se llevó a 300, a los cuales adoptó no sólo para darles la figura paterna, sino para ponerles escuela. Villa amaba a los niños y odiaba a los tiranos”, dijo.
Agregó que durante el mes que fue gobernador de Chihuahua, abrió varias escuelas. “Doroteo Arango Arámbula es un ejemplo a seguir por todos los mexicanos, por su determinación, entereza y su enorme lealtad con México”.

En tanto, la doctora en Historia, Guadalupe Villa Guerrero, nieta de Doroteo Arango, dijo que la relación que tuvo Francisco Villa con los niños ha sido una beta prácticamente inexplorada. “A Villa le duelen la pobreza, el abandono, la falta de educación y el maltrato infantil, porque todo eso lo conoció de cerca”.

Dijo que a casi cien años de distancia, persisten los mismos problemas, sin que sociedad y gobierno puedan encontrar la fórmula para resolver el problema de la infancia.

“Los llamados niños de la calle, en campo y urbe, siguen lacerando nuestra conciencia y el relato acerca del vínculo de Villa con los niños, nos muestra una faceta desconocida del general, que invita a revalorarlo”.

Guillermo Rodríguez Gallegos, académico del estado de Durango, resaltó que han transcurrido 83 años de la época del hombre leyenda, “hombre probo y justiciero, aborrecido por latifundistas, agiotistas, usureros, clero, políticos y serviles, quienes todavía se resisten a creer que Villa respaldara a los marginados y menesterosos, a luchar por la dignidad de la patria, antes que la comodidad por el poder”.

Finalmente, el autor del libro, Gilberto Jiménez Carrillo, dijo que la figura de Villa es una leyenda inagotable y vigente hasta nuestros días.

“¿Por qué escribir sobre Francisco Villa cuando se han escrito muchos libros y se han hecho decenas de películas? Porque el personaje sigue llamando la atención y porque tuve la oportunidad de tener contacto con gente que convivió íntimamente con él”.

Concluyó con la anécdota: cuando Máximo García es gobernador de Durango, Villa acude a su boda, en Lerdo, para ser testigo del enlace y firma el acta de matrimonio como Doroteo Arango; el gobernador le pregunta: “mi general, ¿por qué firma como Doroteo Arango si todo mundo lo conoce como Francisco Villa? y éste le responde: “es que su boda, general, es cosa seria”.

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