• Especialistas alertan, sin embargo, que el reclutamiento es discriminatorio
Como consecuencia de la crisis económica, la carencia de empleo y las redadas de trabajadores indocumentados en Estados Unidos, Canadá se está convirtiendo en una alternativa para la migración laboral mexicana, pero bajo condiciones precarias en el respeto a los derechos humanos y laborales.

Así lo advirtieron especialistas en el foro La migración laboral hacia Canadá, una alternativa en la relación bilateral, donde el diputado Alberto Amaro Corona (PRD), integrante de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios expresó que en el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAT) se realiza reclutamiento discriminatorio y carente de información básica.

Subrayó que “a través de la red consular, el Gobierno es incapaz de hacer valer las cláusulas que se establecen en los contratos de los trabajadores agrícolas; su política laboral es favorable a los empleadores canadienses e incurre en actos de corrupción que afectan económicamente a los jornaleros”.

“Es un programa que el Gobierno federal quiere presentar como un modelo perfecto y exitoso, pero no es así”.

El legislador se pronunció por establecer una alianza de cooperación entre autoridades canadienses y mexicanas para garantizar los derechos laborales y humanos de los trabajadores agrícolas.

Informó que el propósito del foro es profundizar en la trascendencia de los proyectos piloto para la movilidad laboral de trabajadores mexicanos a Canadá, de manera legal, ordenada y segura.

En el evento, la periodista Fátima Monterrosa explicó que desde hace 35 años miles de jornaleros mexicanos trabajan en los campos canadienses y que a la fecha hay entre 15 mil y 17 mil trabajadores agrícolas que se van en cada temporada.

“Este país es una válvula de escape del Gobierno federal para las personas que se van en busca de empleo. Ante la crisis económica que se vive en Estados Unidos, la falta de empleo y las redadas implementadas en la nación americana, vemos que Canadá se está convirtiendo en la segunda tierra prometida”.

Subrayó que si a estos 15 mil mexicanos que se van en cada temporada se le suman el número de personas que llegan sin permiso a Canadá, “hablaríamos de cien mil empleos al año que se están abriendo en aquel país”.

En tanto, Juan B. Artola, jefe de la Misión de la Organización Internacional para la Migración en México, aseguró que en Canadá se están dando nuevas formas de trabajo temporal que son distintas al PTAT, ya que no son bilaterales sino unilaterales e impulsadas y controladas por las provincias canadienses.

“Ya no hay condiciones de negociar de gobierno a gobierno” porque son programas que sólo implican a provincias y empleadores, lo que no garantiza la defensa de los derechos de los trabajadores.

Por su parte, Andrea Gálvez, del Sindicato para la Alimentación y el Comercio de Canadá, manifestó que ambos gobiernos presentan al PTAT como un modelo de migración exportable, pero que tiende a esconder las violaciones a los derechos humanos, civiles y laborales de los trabajadores agrícolas.

“En la firma del contrato que se negocia cada año no hay representantes de los trabajadores pero sí de los empleadores; se carece de información: los trabajadores son campesinos que en su mayoría sólo cuentan con la primaria; en cuanto llegan a las granjas se encuentran en aislamiento geográfico, lingüístico y cultural y el único contacto que tienen es a través del empleador”.

El diputado Cuauhtémoc Sandoval Ramírez (PRD), secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores, expresó que en cualquier parte del mundo es indispensable que se respeten los derechos humanos y laborales de los trabajadores. “Necesitamos que queden perfectamente claras las condiciones laborales”.

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