• Es referente imprescindible en nuestra historia: Matías Alonso
• Fue demócrata convencido: María de los Ángeles Moreno
• Develaron una placa en San Lázaro en su memoria

Soy un pueblerino, un hombre de campo, de mar y cielo abierto. No podrá negarse nunca que mi sangre es india, soy zapoteco y huave. Son extremas mis alegrías como son extremas mis tristezas. Leí todos los libros que llegaron a mis manos, en ellos viajaba, me trasladaba a mundos lejanos, misteriosos, inexistentes.

Con estos fragmentos, el diputado Marcos Matías Alonso rememoró la obra literaria del escritor oaxaqueño, Andrés Henestrosa, fallecido el 10 de enero de 2008 y en cuyo honor se develó una placa conmemorativa por ser el fundador de la Comisión de Asuntos Indígenas.

Matías Alonso dijo que con el paso del tiempo Henestrosa se ha convertido en un referente imprescindible en la historia nacional del siglo XX y que su vida siempre giró en dos repúblicas: la literaria y la política.

“Decía Don Andrés: Mientras se le recuerda, el hombre vive; el olvido es la verdadera muerte, no hay otra muerte que el olvido y no hay otra vida que el recuerdo. Recordemos por siempre y para siempre el legado de Andrés Henestrosa”, expresó el diputado.

Por su parte, el diputado Carlos Roberto Martínez Martínez (PRD) señaló que una de las grandes aportaciones de Andrés Henestrosa al indigenismo fue la fonetización del idioma zapoteco y su transcripción al alfabeto latino.

Recordó que se incorporó en 1929 al movimiento vasconcelista por la presidencia de la República y participó en la lucha por la autonomía universitaria.

Mencionó que entre sus galardones destacan la Medalla al Mérito Cívico, Eduardo Neri, Legisladores de 1913; el Premio Internacional Alfonso Reyes; la Medalla Belisario Domínguez y el Premio Nacional de Ciencias y Artes.

En el homenaje, la senadora María de los Ángeles Moreno Uriegas (PRI) señaló que es siempre entusiasta y sonriente recordar a Andrés Henestrosa, dado que manifestó su preocupación por crear una comisión de asuntos indígenas en el Congreso de la Unión, en pro de las más de 56 etnias o pueblos que existen en México.

“En este país en donde tanto le debemos a las culturas originales y con las que hemos sido injustos e incapaces, sin duda, es un legado para que la representación popular se ocupe como fue su interés de sus atribuciones legales, políticas, jurídicas a fin de atender a la población originaria, esto es altamente meritorio”.

Sostuvo que era un demócrata convencido, pues pensaba en la democracia que transforma la economía y la sociedad en beneficio de todos; “a eso debemos apostarle y no quedarnos en la del voto”.

En su intervención, Miguel Ángel Porrúa enfatizó que Andrés Henestrosa fue un destacado defensor de los derechos indígenas; una de sus más grandes aportaciones, sin duda, la plasmó en Los hombres que dispersó la danza, en 1929, que está basado en leyendas y fábulas producto de la tradición oral de los pueblos zapotecos.

“Siendo obra primeriza, en nada desmerece a dos libros pares, La Tierra del Faisán y del Venado, de Antonio Mediz Bolio y Las leyendas de Guatemala, de Miguel Ángel Asturias; éstas, son un legado universal, de ahí la permanencia de la literatura indígena”.

Cibeles Henestrosa, hija del escritor, dijo que este es un homenaje a un hombre que luchó por ser cada día mejor, y quien amó a su pueblo, sus costumbres, tradiciones, cultura, lengua, raíces y que se las inculcó con todo orgullo a sus descendientes.

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