El quebranto de los municipios se debe a los altos recursos que se destinan para gastos personales, como gasolina o comida, así como al pago de nómina en los ayuntamientos, expresó el diputado Francisco Javier Santos Arreola, integrante de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación.

El legislador afirmó que “un gobierno municipal se gasta el 80 por ciento de su presupuesto en gastos personales” y que sólo entre el 10 y 15 por ciento se destina a servicios públicos, “éste es el principal problema”, aseveró.

Lo anterior en la presentación del libro El sistema de gestión de la calidad a nivel municipal, escrito por el diputado Santos Arreola en coautoría con Rafael Cachón Villagrán.

Santos Arreola dijo que no ha habido eficacia en el gasto y que tampoco hay manera de medirla; ¿qué pasaría si se pudiera medir el gasto y que cada mes el ciudadano supiera, con indicadores, cómo va el ejercicio del gobierno?; no se puede obligar a los ciudadanos a pagar impuestos si no ven el presupuesto aplicado en mejores servicios, señaló.

Subrayó que es necesario cambiar la concepción del burócrata por la de servidor público y que el Estado tiene el reto de implementar un sistema de la gestión de calidad para transparentar la ejecución del presupuesto y medir su eficacia en función de su aplicación.

Los municipios son el nivel de gobierno donde se requiere con mayor urgencia la implementación de este sistema, ya que están en contacto directo con la población, cuando realizan trámites o pagan impuestos, precisó.

Añadió que estos esquemas de gestión son una herramienta para terminar con el compadrazgo y el amiguismo en la administración municipal, lo que permitiría la continuidad de proyectos y programas, dijo. Por eso, se pronunció porque la siguiente Legislatura haga los cambios necesarios para que estos sistemas se apliquen por mandato constitucional.

En tanto, el ex alcalde de Tlalnepantla de Baz, estado de México, Rubén Mendoza Ayala, señaló que la concepción de que el ayuntamiento es un negocio y un medio de control político, es también factor de la quiebra financiera del 95 por ciento de los municipios.

Destacó que la gestión de calidad implica un cambio cultural en estas “concepciones arcaicas” que requiere de adecuaciones municipales como permitir la reelección de los munícipes para que sean evaluados por los ciudadanos o ampliar el periodo de gobierno, a fin de que los planes a largo plazo puedan realizarse.

Por su parte, Rafael Chacón advirtió que en la mayoría de los municipios hay insatisfacción de los ciudadanos por el “pésimo trato” que reciben cuando exponen sus problemas, realizan trámites y pagos.

Acotó que los sistemas de gestión de calidad tienen como objetivo la satisfacción de los gobernados en los servicios que ofrece el municipio. Para eso se requiere evaluar el desempeño del gobierno mediante supervisión constante de la población, precisó.

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