El presidente de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, Antonio Ortega Martínez, rechazó la idea de crear nuevos impuestos o incrementar los porcentajes de los ya establecidos, sobre todo, porque el país está en recesión económica, con un 50 por ciento de sus habitantes en situación de pobreza y con dos millones de desempleados, lo que abonaría a la inestabilidad social.

“Pensar en crear nuevos impuestos o aumentar las tasas de los ya existentes sería una verdadera locura, más en un país como el nuestro, que está en recesión, con un 50 por ciento de su población en situación de pobreza y donde existen más de dos millones de desempleados”.

Aseguró que en ningún país del mundo, este tipo de medidas han resultado exitosas y México no es la excepción, ya que no hay condiciones para hacerlo.

“Aplicar mayores impuestos, sobre todo IVA en alimentos y medicinas, implicaría un riesgo mayor para el país en materia de estabilidad social, ya que abonaría a la difícil situación derivada de la inseguridad y la falta de empleo”, advirtió.

El diputado Antonio Ortega Martínez (PRD) indicó que para hacer frente a la situación económica es necesario recortar el gasto corriente; ampliar la masa de contribuyentes, incluir en ésta al sector informal y garantizar el pago de impuestos de aquellos que tienen ingresos muy altos.

En este sentido, mencionó que de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF), un 16 por ciento de los mexicanos se queda con un 50 por ciento de la riqueza que socialmente genera el país; el otro 50 por ciento se reparte el restante 84 por ciento.

“La ASF es contundente, el 16 por ciento de los mexicanos se queda con un 50 por ciento de la ganancia que socialmente se produce en el país; el Producto Interno Bruto (PIB) del año pasado fue de alrededor de 10 mil millones de dólares y un alto porcentaje de ese 16 por ciento evade el pago de impuestos, por lo tanto, habría que recurrir a un Impuesto Sobre la Renta (ISR) más progresivo, que afecte a quien más ingresos tienen”, dijo.
Una tercera medida, añadió el presidente de la Comisión de Vigilancia, es diseñar una política de industrialización más audaz, radical, efectiva y profunda, que garantice la generación de empleos, salarios mejor remunerados y una mayor inversión, para que el país obtenga los recursos fiscales que tanto requiere.

Ortega Martínez criticó el exceso en el gasto corriente que, conforme a las mesas de análisis de la Cuenta Pública 2007, de los dos billones 460 mil millones de pesos que fue el presupuesto de ese año, cerca de 600 mil millones fueron dedicados a ese rubro.

“La revisión de la cuenta arrojó que no siempre las dependencias más fuertes presupuestalmente eran las más eficientes y las que daban más resultados. Esta es una visión que hay que modificar radicalmente porque se pueden tener presupuestos austeros, gastos muy ajustados y cumplir perfectamente con objetivos y programas”, dijo.

Señaló que el 20 de febrero del próximo año, el Auditor Superior de la Federación entregará a la Cámara de Diputados el informe de la revisión de la Cuenta de 2008 y todo indica, “por las tendencias en que se aplicó el presupuesto, que se volverá a ver un gasto corriente muy alto”.

“Esperamos un informe poco alentador, con enormes lesiones a los programas sociales y sus objetivos. Será un informe en el que se pondrá de manifiesto la desatención a la demanda social, a la problemática de pobreza, y por el contrario, veremos que existió el destino de recursos para engordar a una burocracia ineficiente y cara”, concluyó.

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