En el segundo día del “Foro Internacional: La Crisis y el Trabajo en América del Norte”, la diputada Ifigenia Martínez y Hernández (PT) dijo que es necesario integrar al país a la dinámica económica a través de nuevas reglas; contar con un proyecto nacional viable y luchar por regulaciones internacionales que creen las condiciones para que cada país optimice sus posibilidades de desarrollo.

“En el caso de México, esto requiere una mayor intervención del gobierno pero en forma democrática y planteada. No podemos dejar el futuro de nuestro país solamente a las fuerzas del mercado”, abundó.

Se manifestó por ampliar los horizontes con otros países como la Unión Europea y China; con los de América Latina, y respecto al Tratado de Libre Comercio con América del Norte, indicó que es necesario buscar una reducción ventajosa para nuestro país en su calidad de ser el de menor desarrollo para la región.

Ifigenia Martínez precisó que se debe trascender y dirigir las relaciones económicas del llamado libre mercado, en beneficio del desarrollo de las fuerzas productivas internas y del empleo; utilizar plenamente el gasto en inversión pública, los impuestos y la política nacional financiera para un verdadero desarrollo económico y social en beneficio de todos.

Sostuvo que la economía mexicana ha estado y está sujeta a fuertes movimientos cíclicos, ya que no ha disminuido su dependencia, “situación que se debe al retraimiento de dejar que el mercado decida sobre la política económica del país”.

Ante la reciente crisis económica, Jeff Faux, investigador y fundador del Economic Policy Institute de Washington expresó que la estrategia del gobierno mexicano es la de esperar a que la economía de Estados Unidos se recupere.

“Por ello, -nos dicen-, México podrá otra vez exportar sus productos y sus trabajadores; pero tomará mucho tiempo antes de que los mercados de los Estados Unidos puedan absorber productos o personas como en el pasado”, dijo.

Mencionó que Estados Unidos para recuperarse debe de ahorrar, exportar más, e importar menos. “Esas son malas noticias para economías como la de México”.

Se necesita, puntualizó, cambiar el modelo económico a uno que reconozca que la economía depende de salarios en alza, y el cual permita que los trabajadores puedan comprar lo que producen, así como modificar el modelo de integración entre los tres países que integran el TLCAN.

Alberto Montoya, investigador del Centro de Estudios Estratégicos Nacionales, UIA, dijo que el 90 por ciento de las compras y contratación de servicios que realiza el Estado mexicano se hace a cooperaciones globales, principalmente las extranjeras.

Hoy en día, destacó, el 70 por ciento de la exploración y extracción de crudo lo realizan empresas transnacionales; en el caso de la electricidad el 50 por ciento es generado por estas mismas empresas.

Mencionó que 40 porciento de esa energía se le vende a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y ésta reconoce una tasa de interés del 12 por ciento anual a estas inversiones.

Precisó que desde que se firmó el TLCAN se perdieron seis millones de empleos en el campo; hemos importado comida por más de cien mil millones de dólares.

En su turnó, Carlos Salas, académico de el Colegio de Tlaxcala, manifestó que el país aún no se encuentra cerca de su recuperación económica, ya que sus principales socios comerciales –Estados Unidos y Canadá- apenas están reiniciando su crecimiento.

La crisis a finales de 2008, resaltó, afectó a todos los trabajadores; a partir de 2009 el principal generador de crecimiento son las microempresas, “lo que significa que la recuperación del empleo que existe es el del trabajo precario, sin prestaciones sociales, sin seguridad social, de bajos ingresos e inestable”.

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