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Boletín N°. 0905 Avala el Pleno elevar a rango constitucional el carácter laico del Estado

El Pleno de la Cámara de Diputados aprobó con 363 votos a favor, uno en contra y 8 abstenciones, el dictamen que reforma el artículo 40 constitucional que eleva a rango constitucional el carácter laico del Estado.

De acuerdo con lo aprobado por mayoría calificada, se establece que: “es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental”.

Al hacer uso de la tribuna para fundamentar el dictamen, el diputado Juventino Castro y Castro (PRD) presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, señaló que un verdadero Estado de derecho se fundamenta, entre otros principios, por su carácter laico.

“Así lo expresa, por ejemplo, la Declaración Universal de la Laicidad en el Siglo XXI al plantear que la laicidad se define como la armonización, en diversas coyunturas socio-históricas y políticas de tres principios: respeto a la libertad de conciencia y de su práctica individual y colectiva; autonomía de lo político y de la sociedad civil frente a las normas religiosas y filosóficas particulares; no discriminación directa o indirecta hacia los seres humanos”.

Agregó que otorgarle la característica expresa de “laico” al Estado, continuaría y confirmaría la trayectoria que un día se plantearon los legisladores del constituyente de 1857 y que reafirmaron los de 1917, pues se ha constatado en nuestra experiencia colectiva y la de otras naciones, que la laicidad es una fórmula eficaz para la convivencia de la pluralidad.

La asunción expresa del principio de laicidad del Estado en el artículo 40 constitucional, dijo, implicaría el reconocimiento de que todos los seres humanos tienen derecho a la libertad de conciencia, el de adherirse a cualquier religión o a cualquier corriente filosófica y su práctica individual o colectiva”, subrayó.

“El Estado no puede ser garante de los derechos de la libre elección de religión o de convicciones, pero es a través del carácter laico del mismo la mejor forma de cristalizarlos”.

Se evitaría con ello, abundó, que los valores o intereses religiosos se erijan en parámetros para medir la legitimidad o justicia de las normas y actos de los poderes públicos, lo cual veda cualquier tipo de confusión entre funciones religiosas y funciones estatales, de ahí que en los debates que se susciten en los órganos del Estado deba prevalecer siempre, como guía de las discusiones, el principio de laicidad”.

El diputado Castro y Castro concluyó que en México debe existir y consolidarse el principio de laicidad, cuyo contenido ampliaría el horizonte de respeto a la pluralidad de expresiones religiosas, lográndose con ello un clima de paz y tolerancia. La ética que debe regir la vida pública empieza por la consolidación del principio de laicidad en nuestro orden jurídico mexicano.

Posicionamiento de los grupos parlamentarios.

PRI

A nombre de su fracción, el diputado César Augusto Santiago Ramírez manifestó que la expresión laica en la Carta Magna es la consecuencia de un movimiento constitucionalista de muchos años y hará viable que las cuestiones que la sociedad contemporánea quiere discutir, se haga fuera de prejuicios, de dogmas o de asideros medievales, que no ayudan a la Constitución ni a la congruencia de un régimen jurídico sano.

Añadió que, como pocas expresiones, ésta justifica plenamente su inclusión, toda vez que a pesar de que la Ley de Organizaciones Religiosas y Culto Público, en su Artículo Tercero, establece una definición del Estado laico, las interferencias del Estado hacia las actividades religiosas con pretendidas intenciones de participar en los debates públicos habían complicado una relación que debe ser pulcra y libre.

Precisó que en la modificación al artículo 40 no existe ninguna intención de atacar a religión alguna o de evitar que los mexicanos ejerciten a plenitud sus derechos más sentidos. Se trata, dijo, de proteger la libertad religiosa; de evitar las tentaciones de estados confesionales o ateos; de constituir un Estado seglar, que promueva con libertad y respeto a todos, las discusiones contemporáneas que exige nuestro movimiento constitucional.
PAN

A su vez, el diputado Gustavo González Hernández señaló que el Estado laico defiende la separación institucional entre religión y política, manteniendo en todo momento neutralidad respecto a las religiones, la cual “no ha de traducirse en una actitud anti-religiosa o en posturas de un ateísmo político o totalitarismo ideológico ajenos a toda neutralidad”.

Dijo que su bancada consideró que era viable añadir la laicidad al artículo 40 constitucional, para que “ni el poder clerical entre al poder civil, pero que tampoco el poder civil intervenga de manera directa en las religiones y ésa es la otra cara de la moneda y quizá la principal: la libertad de creencia”.

Sólo un Estado totalitario, que no tolere una voz capaz de cuestionarlo, puede pretender amordazar a sus ciudadanos laicos o callar la voz de sus iglesias, negándoles su derecho a opinar sobre asuntos temporales. “Lejos de considerar la diversidad de opiniones como una ofensa, éstas representan la libertad de expresión de los ciudadanos y son reflejo de un sano pluralismo político”.

PRD

A su vez, el diputado Rosendo Feliciano Marín Díaz, señaló que el laicismo rechaza los regímenes teocráticos en los que una Iglesia controla el poder político, así como a los que se sirven de una religión oficial para legitimarse ideológicamente.

En tribuna, indicó que la laicidad plasmada ahora en nuestra Constitución permite que asuntos como el derecho al aborto; las formas educativas; la salud reproductiva; el papel de la religión en los medios de comunicación y en las instituciones públicas, la censura y la borrosa línea entre lo público y lo privado, sean abordadas de manera tal que se abandonen criterios religiosos para hacerlo de manera racional y de conformidad a las circunstancias que enfrentan de manera concreta los mexicanos.

Añadió que la laicidad será una obligación de las autoridades públicas para respetarlo escrupulosamente y falta aún plasmar en la Carta Magna, que el no cumplimiento de este ordenamiento derivará en responsabilidad para aquellos que lo infrinjan.

PVEM

En su oportunidad, el diputado Guillermo Cuevas Sada señaló que para su partido se cree firmemente que la laicidad es una fórmula eficaz para la convivencia de la pluralidad; una solución positiva para evitar que las creencias de unos se hagan dominantes a través de la fuerza del Estado.

Dijo que en México se debe asegurar que no se puede privilegiar o imponer un credo o religión, ya que reconocer esto es un paso enorme en la evolución del Estado mexicano.

“Los diputados del PVEM apoyamos la reforma, ya que creemos firmemente que el Estado no debe de establecer ningún tipo de privilegio a favor de iglesia, asociación o agrupación religiosa alguna”.

PT

El diputado Jaime Fernando Cárdenas Gracia aclaró que la reforma no busca promover un Estado laico Jacobino o que sea persecutor de las iglesias, sino mantener vigente jurídicamente, históricamente y socialmente el principio de la separación entre la Iglesia y el Estado.

“No podemos aceptar que el fundamento de las instituciones políticas, de las del Estado sea la ley divina o la ley eterna: el fundamento de las instituciones, de la Constitución y leyes es solamente la soberanía del pueblo de México, la defensa y garantía de los derechos humanos”.

Añadió que con la reforma se podrá elaborar la legislación reglamentaria que garantice plenamente el Estado laico más allá de la actual ley vigente de Asociaciones Religiosas y Culto Público, ya que se requiere de una ley reglamentaria del Estado laico que promueva las libertades, el pluralismo y la tolerancia.

Nueva Alianza

El legislador Roberto Pérez de Alva Blanco sostuvo que al darle el carácter constitucional a la laicidad, constituye la confirmación de las mexicanas y los mexicanos de avanzar en la consolidación de una nación plena de libertades.

“La estricta separación de la Iglesia y el Estado en el marco de una ponderada, precisa y clara legitimidad y respeto por las creencias religiosas, deja sentado con claridad que el Estado es garante de los intereses generales de los ciudadanos”, aseguró.

Puntualizó que elevar a rango constitucional el carácter laico del Estado, constituye la afirmación de la tradición liberal de muchos años de la república, pues se promueve una sociedad abierta a los cambios, tolerante a las diferencias y promotora del desarrollo, del conocimiento y de la ciencia.

Convergencia

El diputado Víctor Hugo Cirigo Vásquez, resaltó que al incluir el calificativo de laica a la República, se refrenda el compromiso para la preservación de la libertad “que nos ha sido negada a esta generación por hombres y mujeres que supieron defenderla incluso, con su propia vida”.

Agregó que la laicidad fue lo que le permitió a la generación de Benito Juárez romper con el lastre colonial y forjar un Estado fuerte, independiente y de los mexicanos. “Si renunciamos a la laicidad del Estado y si descuidamos los cimientos del orden constitucional, pronto estaremos lamentando lo que no hemos sabido defender”.

La reforma, precisó, explicita que la voluntad del pueblo mexicano es constituirse en una República laica y en consecuencia que todo el orden jurídico y político debe reflejar fielmente su carácter laico.

Participaron en la discusión de este tema, los diputados Pedro Vázquez González, Porfirio Muñoz Ledo y Gerardo Fernández Noroña, del PT; Enoé Margarita Uranga Muñoz (PRD); Reginaldo Rivera de la Torre, del PRI, así como Carlos Alberto Pérez Cuevas, del PAN, quien propuso modificar el dictamen en torno a incluir lo establecido en el artículo 12 de la Convención Americana de Derechos Humanos, que garantiza el derecho fundamental a la libertad religiosa, planteamiento que fue rechazado por el Pleno camaral en votación económica.

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