En el Foro: “La Cultura, la Ciencia y la Tecnología en la Educación Integral”, el diputado Ramón Jiménez López (PRD) enfatizó que el cumplimiento de leyes permitiría impulsar la cultura a través del fortalecimiento de los institutos Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y del Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El legislador se reunió para escuchar las necesidades y propuestas de representantes sindicales de los mencionados institutos, que serán tomadas en cuenta por el Poder Legislativo.

Agregó que “el problema es que el marco jurídico de estos institutos se incumple. Buscamos que se respeten al pie de la letra los reglamentos tantos del INBAL como del INAH y que estrechen su relación con la Secretaría de Educación Pública (SEP). Si sobre esas bases surge una Ley Federal de Cultura, se avalaría”, agregó el legislador.

La pretensión de minar los presupuestos y reducir las atribuciones a los dos institutos para conferírselos al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Conaculta), es con el fin de reducir la cultura a una actividad que sea efectuada por “elites” y que su disfrute y acceso sea igualmente para minorías, con exclusión de la mayoría de los mexicanos, estableció.

Se pretende –manifestó- privatizar el arte y la cultura con las llamadas “empresas o industrias culturales.

La cultura debe orientarse para rescatar y fortalecer los valores nacionales, aseveró Jiménez López.

Durante su participación, Manuel Figueroa Matus, coordinador del Colectivo de Delegaciones Sindicales del Sector Cultural de la SEP, dijo que en un principio se entendía que el Conaculta iba a ser un órgano coordinador, sin embargo en la medida que ha crecido con burocracia ha creado dependencias u organismos internos y absorbido otras que duplican el trabajo de los institutos y que toma de los presupuestos que le corresponden a éstos. Hay una doble competencia. Actualmente el 60 por ciento de los recursos se destinan al consejo.

Explicó que la Ley Orgánica de la SEP determina que hay órganos descentralizados y desconcentrados, en ese sentido los institutos no tienen que estar subordinados a Conaculta, porque el INBAL e INAH -que son desconcentrados- tienen una jerarquía superior que este consejo. “Es como si se pretendiera que los hijos manden a los papás”.

Si Conaculta tiene que hacer una función, que haga la que no realicen los institutos, propuso.

Mencionó que al INBAL le han ido quitando dependencias, por ejemplo en los estados tenían las casas de cultura, que ahora ya no son de su responsabilidad y sólo tienen algunas representaciones que tienen que ver con la enseñanza.

Se creó el Centro Nacional de las Artes (Cenart) dependiente de Conaculta cuando la ley del INBAL dice que cualquier dependencia que se cree en el ámbito cultural tiene que ser adscrita al instituto, aquí hay una situación ilegal, refirió a su vez, Jesús Sánchez Sánchez, investigador del INAH.

“Ese conflicto lo tienen los institutos desde 1988 en que fue creado el Conaculta, que es una alta burocracia que no produce, que ayuda a sus amigos, con cursos y becas, para tener un grupo de artistas afines”.

Por tanto no se requiere una nueva ley sino que se apliquen las que rigen a los institutos.

El Conaculta es un consejo, sin embargo en los hechos no funciona como tal, no está integrado por intelectuales, artistas, investigadores que determinen la política cultural, quien la decide es el presidente de ese consejo que no existe.

Recordó que los institutos fueron creados por leyes expedidas por el poder legislativo, Conaculta es un ente fruto de un decreto presidencial.

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