México se ubica entre los últimos países que realizan trasplantes de órganos, pues sólo diez personas por cada millón de habitantes son donadores, señaló el presidente de la Comisión de Salud, diputado Miguel Antonio Osuna Millán.

Al inaugurar el foro Trasplantes: Análisis de la Problemática Nacional, expresó que una donación de riñón puede ahorrarle a las finanzas públicas alrededor de 800 mil pesos por gasto de diálisis en un periodo de cinco años.

Expresó que al Legislativo le corresponde impulsar las iniciativas que resuelvan las insuficiencias del marco normativo. “Hoy nos convocamos para hablar de vidas, de los instrumentos que tenemos los legisladores para que la demanda de órganos se pueda ver satisfecha y que quien necesite ser trasplantado tenga una posibilidad real de que ocurra”.

Arturo Dib Kuri, director del Centro Nacional de Trasplantes, mencionó que en México se realizan cinco mil de estas cirugías al año; hay 13 mil pacientes registrados en la base de datos, misma que desde el año pasado se dejó de llamar “lista de espera”. De esos, alrededor de 6 mil 500 requieren un riñón, pero sólo dos mil 500 al año lo obtienen.

Se tiene, aseguró, el lugar número uno en donantes vivos, y prueba de ello es que existe una alta tasa de donación de riñones del 75 por ciento, “esto se debe porque las familias mexicanas son muy solidarias”.

Resaltó que el turismo de trasplantes, el tráfico y comercio de órganos y tejidos han creado un mecanismo de contención, en donde “todo mundo busca cómo evitar el fenómeno, mismo que se está haciendo más difícil de regular”.

Nuestro sistema de salud es complicado y fraccionado, ya que las políticas no se pueden aplicar adecuadamente, de ahí que sea necesario crear un Sistema Nacional de Trasplantes, pues de acuerdo a encuestas, el 87 por ciento de los mexicanos se encuentra dispuesto a donar, así como del impulso de campañas de donación.

Hay en el país 382 hospitales autorizados por la Secretaría de Salud y la Cofepris; 347 están para la procuración de órganos; 311 realizan trasplantes; 62 cuentan con licencia de banco. Existen 215 programas corneales; 203 programas de trasplante de riñón; 53 de hígado; 35 de corazón; 6 de pulmón y 9 de páncreas.

Dib Kuri mencionó que el Seguro Social es la institución que más trasplantes hace: el 60 por ciento; el 65 por ciento de los pacientes que esperan un órgano están en el IMSS; el 75 por ciento que ya adoptaron un trasplante recibe el medicamento del Seguro Social.

La Secretaría de Salud, agregó, tiene el 23 por ciento de los trasplantes en todo el país; está fortaleciendo su actividad a través de los institutos y hospitales de alta especialidad. “Este impulso a las instituciones es lo que podría ayudar a crear un sistema nacional”.

De la Sociedad Mexicana de Trasplantes, su presidente, Rafael Reyes Acevedo, comentó que en México se realizan dos mil trasplantes renales de donador vivo cada año. “Se trata de uno de los países con mayor productividad en este modelo de trasplante en el mundo”.

“Es importante la cultura de donación porque los trasplantes de órganos son vistos cada vez más como alternativas de tratamiento, se observa un crecimiento inusitado en el número de personas que podrían beneficiarse”, abundó.

Subrayó que la cultura de donación puede verse afectada cuando la población expresa su deseo de donar y los hospitales no están capacitados y preparados para responder de manera expedita, o cuando la población recibe noticias negativas respecto de los trasplantes y la donación. “Para ello se debe informar sobre los beneficios de los programas”.

La presidenta de la Asociación Sólo por Ayudar, Dolores Ayala Nieto, señaló que los riñones, hígados, corazones y córneas son los órganos más requeridos por miles de enfermos crónicos y víctimas de traumatismos graves. “La demanda crece mientras la donación es cada vez menor”.

Hoy en día, dijo, 130 mil mexicanos padecen insuficiencia renal crónica, de éstos sólo 21 mil tienen acceso a la hemodiálisis y 43 mil a la diálisis peritoneal, pero hay 66 mil pacientes que aún no inician tratamiento por desconocer que padecen problemas renales.

Subrayó que existen baches jurídicos, insuficiencias operativas y burocracia que impiden hacer realidad la voluntad de miles de donadores por regalar vida después de la muerte. Los legisladores, dijo, tienen la facultad de promover iniciativas que ayuden a que esos órganos salvadores se procuren, rescaten y trasplanten.

Invitó a hacer una juiciosa revisión a la Ley Federal de Salud, para modernizar sus alcances y actualizarla.

Por su parte, el presidente de la Asociación “Ale”, Carlos Castro Sánchez, indicó que la insuficiencia renal crónica representa un grave problema de salud pública, porque el número de personas se está incrementando al 11 por ciento anual.

En México, dijo, el acceso a la salud es limitado y el tratamiento para los pacientes con insuficiencia renal es restringido y discriminatorio. “De las 129 mil personas que presentan IRC las instituciones de seguridad social solamente atienden a la mitad de los pacientes”.

Mencionó que los pacientes con este problema no logran tener acceso al Registro Nacional de Trasplantes y los que ingresan es muy probable que nunca tengan el trasplante.

Se pronunció por diseñar políticas públicas en materia de salud orientadas a atender de manera coordinada el crecimiento de la insuficiencia renal crónica, aplicando tratamiento adecuado que permitan elevar la calidad de vida de los pacientes con el objetivo de alargar su terapia constitutiva.

La especialista en derecho de políticas públicas en salud, Lourdes Motta Murguía, indicó que solamente uno de cada cinco mexicanos que requiere un trasplante lo recibe, “esa cifra hace evidente que se necesite mejorar la legislación y que el programa de trasplante se convierta en una verdadera política de Estado”.

Puntualizó que es fundamental fortalecer el combate contra el tráfico de órganos, pues se calcula que diez por ciento de los trasplantes que se realizan en el mundo se dan en condiciones de ilegalidad.

Debemos fortalecer en la Ley General de Salud ciertos elementos que permitan sentar las bases de una política de Estado en la materia, como lo es el presupuestario, impulso de un Sistema Nacional de Trasplante, así como de prevención, sobre todo de aquellas enfermedades evitables (diabetes-obesidad) y detención oportuna de las mismas, advirtió.

Se requiere, aseguró, la estandarización de procedimientos; crear un programa automatizado de asignación de órganos, mismo que deberá ser único y universal para todos los pacientes; fortalecer la donación e implementar una campaña permanente de difusión para sensibilizar y concientizar al público en general.

A su vez, las pacientes por Insuficiencia Renal Crónica y beneficiadas de un trasplante de riñón, Berenice Barrios y Maricela Sánchez se manifestaron por mejores leyes para promover la donación; medicamentos de calidad y mejor costo; tratamientos adecuados y oportunos, así como más equipos para los hospitales.

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