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Boletín N°. 2031 Definir un presupuesto social con base en resultados: Luis Videgaray Caso

• Comisión de Presupuesto se reunió con el titular del Consejo Nacional de Evaluación

Para conocer la eficacia de los programas sociales, así como sus resultados, la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública se reunió con el titular del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Gonzalo Hernández Licona, quien señaló que un presupuesto basado en resultados no debe partir solamente de ver qué programas funcionan y cuáles no, sino identificar los problemas sociales.

El presidente de la Comisión, diputado Luis Videgaray Caso expresó que dicho encuentro se da en el marco de la discusión y aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación 2011, por lo que permitirá hacer un presupuesto social con base en resultados.

“Sabemos que le estamos dando una cantidad importante como país a los programas de desarrollo social; la asignación de la Cámara de Diputados al ramo 20, desarrollo social, alcanzó los 80 mil millones de pesos en 2010”.

Abundó que para 2011, la propuesta del Ejecutivo es de una cifra similar e incluso ligeramente menor en términos reales, “pero sigue siendo un esfuerzo muy importante que hace el Estado mexicano para combatir la pobreza”.

El diputado Jesús Alberto Cano Vélez, secretario de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, indicó que el número de programas y acciones sociales del Ejecutivo federal es superior a los 200 y además se incentiva a que los gobiernos locales creen sus propios programas, por lo que se debe generar una política social que provoque la diferenciación y federalización de programas sociales.

Mencionó que a pesar de que los programas sociales han disminuido indicadores básicos, “nunca será suficiente el Presupuesto para atender los programas sociales del país, porque la pobreza no se ataca con programas sociales focalizados, asistencialistas o comunitarios, sin una generación de empleos claramente definida”.

En su oportunidad, el diputado Roberto Armando Albores Gleason (PRI) señaló que no hay una política de desarrollo social para generar empleos y productividad, sino enfocada a resolver de formas paliativa.

Carlos Flores Rico (PRI) refirió que el programa Oportunidades muestra desviaciones de recursos al menos en una tercera parte. Indicó que de los 25 millones de personas que están en este programa, al menos 10 millones no deben estar ahí “y cuesta a los contribuyentes los 35 mil millones del programa además de lo del Ramo de Salud y del de Educación”.

A su vez, el diputado Luis Enrique Mercado Sánchez (PAN) destacó la importancia de conocer la figura en los costos de operación de cada programa, a efecto de saber cuál es el que tiene los más altos y quién los más bajos.

Por el PRD, Vidal Llerenas Morales manifestó la importancia de contar con información sobre evaluaciones específicas al momento de tomar decisiones de incremento, decremento o reasignaciones.

Propuso establecer un canal de comunicación para consultar al Coneval, lo que permitiría un proceso más informado de decisiones de gasto “y nos ahorramos el tianguis de todos los años, lleno de pequeños proyectos que van quién sabe a dónde y cómo”.

El Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Gonzalo Hernández Licona mencionó que un presupuesto basado en resultados no debe partir solamente de ver qué programas funcionan y cuáles no, sino identificar los problemas sociales y tener prioridades sociales para que a partir de ese primer punto saber con qué programas se pueden atacar esos problemas.

Indicó que en casi 25 años, México no ha crecido, ni generado empleos y ni ha tenido un aumento en productividad, aunque sí ha habido avances en cobertura de salud, de electricidad y de agua, “pero la parte de ingreso tiene un reto muy importante en el país y entidades federativas”.

La política de desarrollo social tiene una mayor institucionalización, gracias a la Ley General de Desarrollo Social y a una evaluación sistemática. Los instrumentos para aumentar la cobertura de servicios básicos (educación, acceso a la salud, drenaje, agua potable, luz eléctrica, pisos firmes) han sido efectivos en zonas de pobreza y marginación.

Abundó que los programas como Oportunidades y Seguro Popular han tenido una adecuada focalización y han contribuido a proteger y apoyar a las familias que no tienen acceso a los sistemas de seguridad social formal. La política de desarrollo social ha fomentado la ampliación de las capacidades básicas de las familias más pobres: Oportunidades, Fortificación de la Leche Liconsa, Programa de Abasto Rural Diconsa y Programa Alimentario.

Algunos retos de los programas, agregó, no mencionan explícitamente los derechos sociales; existe un gran número y dispersión de programas sociales sin contar con los estatales y municipales: hay insuficiente coordinación al interior y entre instituciones que tienen a su cargo programas y políticas de desarrollo social.

De igual modo, la calidad de los servicios públicos es insuficiente, en particular en el caso de la educación y la salud: algunas acciones y programas no se dirigen a los más pobres; el ingreso y empleo no han tenido un avance sostenido en casi 25 años, y los sistemas de evaluación externa e información en entidades son incipientes en algunos estados, no existen en muchos otros y por tanto se requiere un mayor fortalecimiento a nivel local.

Los indígenas siguen teniendo niveles de desnutrición muchos más altos que el resto de la población. En términos de educación, se ha avanzado en cobertura primaria y secundaria, pero persisten retos importantes en la media superior y superior, así como en la calidad.

En 2008, el 64.7 por ciento, de la población no contaba con seguridad social; 40.7 por ciento, carecían de acceso a los servicios de salud; 21.7 por ciento, tenían rezago educativo; 21.6 por ciento, no contaban acceso a la alimentación; 18.9, carecían de servicios básicos en la vivienda y 17.5, calidad y espacios de la vivienda.

Abundó que la pobreza por ingreso tiene mucho que ver con lo que le pasa al mercado laboral, ya sea en empleos o salarios. “Casi por espejo, lo que le pasa al mercado laboral le pasa a la pobreza por ingresos”.

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