El diputado de Nueva Alianza, Gerardo del Mazo Morales, exhortó al gobierno Federal para que, en la próxima discusión de los salarios mínimos, se haga un mayor esfuerzo y se logre un porcentaje que permita resarcir el deterioro del poder adquisitivo de la clase trabajadora.

El también integrante de la Comisión Especial de Análisis de Políticas para la Creación de Nuevos Empleos, señaló que la pérdida del poder adquisitivo se agudiza con el alza en el precio de los productos y servicios básicos, derivado del constante incremento en las gasolinas y gas doméstico.

Adicionalmente a esto, dijo, debemos admitir que el aumento a los salarios mínimos de sólo 4.85 por ciento de este año no compensa ni fortalece el ingreso real de las familias de la clase trabajadora, ya que es sólo inercial y pretende, sin lograrlo, compensar el incremento de la inflación.

El legislador afirmó que la Organización Internacional del Trabajo ha señalado que nuestro país presenta una tasa de crecimiento negativo de los salarios populares, reducción que ha propiciado una impresionante disminución del poder de compra de la población y la incapacidad de generar una dinámica de crecimiento económico sostenible.

En este contexto, refirió, el Estado está obligado a compensar, proteger y, sobre todo, detener el deterioro del ingreso de los trabajadores y crear expectativas económicas que le den estabilidad, mejorando el perfil de distribución de la renta hacia un esquema más equitativo y favorable a los trabajadores.

“En consecuencia, esperamos una respuesta pronta y positiva del gobierno federal, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de la Secretaria de Economía y de la Procuraduría Federal del Consumidor, para que en el ámbito de sus competencias y responsabilidades instrumenten las medidas necesarias y urgentes para compensar, por un lado, el deterioro del poder adquisitivo de la clase trabajadora, y por otro, contener el alza en los precios de las gasolinas”.

En entrevista, del Mazo Morales, integrante también de la Comisión de Hacienda, mencionó que los bajos salarios han sido similares a lo largo de los últimos años, producto de una política económica dirigida a objetivos de estabilización.

“Pero no una política salarial integral que pretenda compensar el constante deterioro del ingreso de los trabajadores”, mismo que, abundó, se hace evidente desde hace años y ahora se profundiza de forma preocupante por el incremento en los precios.

“No tenemos duda que la consecuencia más costosa y regresiva para la clase trabajadora es la inflación, fenómeno que sigue siendo un problema estructural que afecta seriamente el nivel de ingreso de los trabajadores”, abundó.

Destacó que lo más grave y contradictorio es que por un lado, el gobierno Federal pretende reducir el índice inflacionario y por otro, adopta medidas que atentan contra este objetivo, como es la instrumentación de un aumento en los precios de los energéticos, las gasolinas y el gas doméstico, que al operar como precios clave, necesariamente impactan por sus efectos multiplicadores en todas las cadenas productivas y de distribución en la economía nacional.

Estas contradicciones de la política pública, concluyó, deben corregirse de forma urgente a través de medidas eficientes que detengan su alto impacto en la estructura de precios de la economía nacional y compensen, mediante diversos instrumentos y mecanismos, el deterioro que este proceso provoca en el ingreso de los trabajadores.

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