En la presentación del libro Reconversión productiva en México: dinámicas y actores de la agricultura empresarial sinaloense, investigadores y académicos señalaron que el escenario actual del medio rural obliga a discutir el tema para que el Estado recobre una hegemonía en el terreno de la promoción del sector rural y mande el mensaje de que el campo sigue siendo importante.

El director general del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) de la Cámara de Diputados, César Turrent Fernández, dijo que un interés del sector agropecuario es tener políticas diferenciadas para los productores y las regiones del país.

Tal situación, abundó, debe implicar la descentralización y federalización, así como el paso de las decisiones hacia las autoridades más cercanas hasta llegar al mismo productor como creador principal de sus actividades.

Jorge Alfonso Calderón Salazar, investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que la inseguridad y las crisis desalientan inversiones en Sinaloa y crea situaciones difíciles, por lo que se le debe dar mayor importancia a las políticas públicas que permitan un adecuado funcionamiento de la agroindustria.

Mostró su preocupación sobre una precipitada decisión de destinar porciones crecientes de la producción maicera nacional y sinaloense a la fabricación de etanol que podrían afectar severamente el equilibrio alimentario, considerando que México es un importador neto de maíz procedente de Estados Unidos, “lo que crearía situaciones indeseables para los productores de etanol que tendrían que recurrir a importaciones para producir el energético”.

Por la Facultad de Economía de la propia UNAM, el catedrático José Antonio Romero Sánchez expresó que es necesario que el Estado mexicano regrese al campo y con perspectivas y modalidades diferentes tome un papel relevante en el desarrollo agrícola.

A partir de todas las implicaciones que ha traído el Tratado de Libre Comercio, expresó, se exige del Estado mexicano que retome la discusión y que haga propuestas importantes en el fomento, promoción e inversión de un sector que requiere del apoyo.

Los coordinadores del libro, Óscar Aguilar Soto y Francisco Solorza Luna, mencionaron que contiene siete ensayos referentes a la agricultura y parten de la visión del desarrollo institucional, normas, leyes e instituciones que han dado origen, junto con el ramo empresarial, a una agricultura de primer nivel y de punta.

Con el documento, destacaron, se busca explicar cómo en Sinaloa de ser un productor enteramente hortícola ahora produce tomate y maíz. Añadieron que efectivamente hay asignaturas pendientes que tienen que ver con la agroindustrialización.

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