Durante el foro de análisis para La creación de la Comisión Nacional para la Cultura de la Paz y la no Violencia en México, el diputado Rafael Yerena Zambrano, secretario de la Comisión de Seguridad Social, consideró que se debe convertir la cultura de paz en una política pública para contrarrestar la violencia que padece el país.

“Así como se designa presupuesto para combatir el crimen organizado, también es necesario apoyar la educación para la paz del país como eje estratégico”, añadió.

En la actualidad puede afirmarse que el derecho humano a la paz, síntesis de todos los derechos y libertades fundamentales, debe favorecer la existencia de instrumentos que reconocen esta universal tradición a través de su incorporación en los ordenamientos jurídicos de todo el mundo, enfatizó.

Manifestó su compromiso para apoyar una cultura de paz en beneficio del país, como una estrategia para contrarrestar la violencia y lograr que se incorpore a los grandes temas de la agenda nacional.

En tanto, la diputada Margarita Gallegos Soto (PRI) dijo que la creación de una Comisión Nacional para la Cultura de Paz y la no Violencia en México sería un cimiento para evitar la duplicidad de esfuerzos o acciones del Estado y el riesgo de que se pierda el contenido, beneficios o resultados de las acciones.

Señaló que la sociedad está inmersa en una ola de violencia que ha afectado todos los estratos socioeconómicos originada por el narcotráfico, la falta de empleo, salarios decadentes, corrupción y, sobre todo, un abatimiento de valores agravado por una cultura de la no legalidad y exaltación a la violencia.

“Debemos propiciar políticas educativas que permitan inculcar la cultura de paz y no violencia como una forma de vida. Para ello se debe impulsar, a través de acciones afirmativas y de carácter parlamentario, la institucionalización de una cultura de no violencia para la paz y respeto a los derechos individuales”, dijo.

Una política de Estado dirigida a la prevención y combate de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones y la promoción y difusión de la cultura de paz, debe caracterizarse primordialmente por planificar, confeccionar, ejecutar y evaluar de forma constante sus resultados y mecanismos de acción.

Además, difusión y divulgación de los valores: propiciar un desarrollo institucional articulado y homogéneo en razón de acciones en el combate y prevención de la violencia, que las instituciones públicas realicen sus acciones de forma articulada, coordinada e interdisciplinaria.

-- ooOoo --