Debido a que en México cerca de 15 millones de jóvenes tienen edad para incorporarse a la enseñanza superior y sólo acceden poco más de 2.5 millones, la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos analiza una iniciativa por la que se crea la Universidad del Conocimiento a Distancia.

El objetivo es superar el rezago que se tiene en el ámbito de la educación superior, ya que de acuerdo con la UNESCO, México se encuentra entre las naciones menos desarrolladas en este ámbito.

Así se precisa en el documento impulsado por las diputadas del PRI, Margarita Gallegos Soto, Narcedalia Ramírez Pineda y Guadalupe Pérez Domínguez.

Menciona que en el sexenio anterior, se crearon universidades tecnológicas que dieron como resultado 39 mil nuevos espacios públicos para estudiantes; mientras la iniciativa privada fundó más de 115 mil.

Sin embargo, el crecimiento poblacional mantiene en el rezago educativo a un millón de jóvenes en lo que va del presente sexenio.

“Las universidades deben aprovechar las redes cibernéticas y las posibilidades para que los sistemas educativos en general, y en particular los de estudios superiores, avancen con mayor velocidad y mejores capacidades para transmitir conocimientos, formar científicos, profesionales y humanistas de una manera más ágil y menos costosa”, se indica en el texto.

Se busca que en dicha universidad se instituya aprovechando los adelantos tecnológicos, organizativos y de comunicación, además de que se construya un subsistema educativo superior, con el enorme potencial que tienen los nuevos medios masivos de información y la telemática.

El documento añade que el Poder Legislativo se encuentra en un buen momento para promover y organizar un proyecto educativo, con las facultades que le otorga la Constitución Política.

Dicha universidad sería autónoma, de acuerdo con las características que establece el artículo tercero constitucional, fracción VII, y quedaría como una institución cuya iniciativa nació en la esfera del Legislativo.

La iniciativa, también canalizada a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, abunda que para afrontar el retraso histórico de la enseñanza, se deben buscar soluciones económicas de alta tecnología que garanticen una calidad igual o superior a la de los mejores centros en el país y que pudieran tener una cobertura masiva de la población joven de México cerca de sus domicilios.

Refiere que la solución la da la experiencia de la tele-secundaria, “la institución académica con menor inversión de infraestructura de la República y cuyos costos se pulverizan en aportaciones mínimas en todo México que hacen los gobiernos estatales, municipales y la población local”.

Así entonces, los congresos estatales y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, donde haya una o más unidades universitarias, deberían establecer anualmente la participación que tendrían en el presupuesto de tales unidades.

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