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Boletín N°. 3016 Crear estancias infantiles en campos agrícolas para hijos de jornaleras propone Dina Herrera Soto (Favor de utilizar de sábado para domingo)

La diputada Dina Herrera Soto (PRD), presentó un punto de acuerdo para exhortar al titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) a implantar un programa de estancias infantiles en los campos agrícolas para trabajadoras con el propósito de brindar atención a las y los hijos de mujeres jornaleras.
Lo anterior al considerar que no se dispone de albergues para que las madres que tienen bebés los dejen mientras ellas van a laborar al campo, por lo que deben llevarlos sobre su espalda, dejando a orillas de los surcos a los más pequeños, los cuales aún no pueden trabajar a su lado.
Señala que es necesario implementar espacios donde las y los menores sean cuidados y protegidos de los múltiples accidentes y riesgos de salud a los que se ven expuestos como resultado de las difíciles condiciones de trabajo que enfrentan sus madres.
En la actualidad, del total de población jornalera agrícola el 42.6 por ciento son mujeres, quienes realizan diferentes trabajos dentro del campo, así como en cada una de las fases de la cadena de producción.
“En México, la situación de las comunidades rurales y por ende de los y las trabajadoras agrícolas es hasta ahora uno más de los lacerantes problemas de explotación que requiere de soluciones”.
Subraya que en las comunidades rurales e indígenas la marginación y los rezagos entre las mujeres se eleva casi 80 por ciento, lo que significa que ocho de cada diez mujeres tienen hasta seis carencias fundamentales: falta de agua, comida y atención médica oportuna.
En referencia a la esperanza de vida en regiones rurales advierte que es tres años inferior a la estimada para las mujeres de medio urbano, las cuales se estima en 77.5 años, mientras que de las primeras es de 74.5, y tienen en promedio, un hijo o hija más que las residentes en localidades urbanas.
“Las trabajadoras agrícolas realizan las labores más pesadas, como la pizca, que a veces significa una jornada de 18 a 20 horas diarias, y su salario es considerado complementario al de su marido, no cuentan con incapacidad por gravidez ni con servicios médicos durante el embarazo”.

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