•México tiene la agricultura de un país muy atrasado: representante de la FAO

La Comisión de Seguimiento a las evaluaciones practicadas a los programas que conforman el Programa Especial Concurrente para el Campo, se reunió con representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y de la Asociación Mexicana de secretarios de Desarrollo Agropecuario (AMSDA), para exponer evaluaciones a los programas del Ramo 8.

El presidente de la instancia, diputado Federico Ovalle Vaquera, señaló que se requiere de un replanteamiento del presupuesto para que crezca el gasto destinado a fomento productivo, sin dejar de reconocer que se deben atender las necesidades del sector social.

“Debemos transitar a una estrategia de desarrollo que permita la generación de empleos, riqueza y una base económica que cambie las condiciones del campo”.

El legislador preciso que con esta reunión se busca conocer cuál es la calidad del gasto, toda vez que los recursos que se destinan al campo representan una cantidad muy importante; sin embargo, no se está orientando de la mejor manera.

“Los legisladores trabajaremos sobre diversas iniciativas para el desarrollo del fomento productivo y diversos problemas del sector rural”.

Octavio Jurado Juárez, gerente de la AMSDA, señaló que si bien México tiene el gasto rural más alto de América Latina, la elevada carga compensatoria que tiene el gasto, limita mucho el desarrollo y la inversión de infraestructura básica para el desarrollo agropecuario y real del país.

Afirmó que más del 50 por ciento del presupuesto especial concurrente tiene que ver con programas sociales y apenas el 12 por ciento es de inversión, “la diferencia es un gasto altamente compensatorio que ha demostrado que no genera impacto saludable para el propio sector”.

Jurado Juárez pidió reconocer el cambio climático como un fenómeno que debe reflejarse en las políticas públicas para el campo, “si no reconocemos que estamos inmersos en un cambio de clima que está alterando los elementos fundamentales para la producción agrícola, estamos corriendo el riesgo de poner dinero donde el tiempo no nos va a retribuir absolutamente nada”.

Por su parte, el consultor Luis Gómez Oliver, representante de la FAO, manifestó que México no tiene la agricultura que le corresponde respecto de su nivel de desarrollo global, ya que relativamente es una nación de desarrollo medio-alto y con una agricultura de país muy atrasado.

Puntualizó que es de los países de América Latina que destina mayores recursos a este sector y no está obteniendo los beneficios de su inversión. “Se está gastando para aliviar la pobreza, las urgencias, las dificultades que tienen, pero no para cambiar las causas que tiene esa pobreza”.

Gómez Oliver señaló que se destinan mayores recursos a los programas orientados a mejorar las condiciones de vida, aliviar la pobreza o a apoyar los mínimos de bienestar, mientras que los programas de mejora al fomento productivo se encuentran rezagados.

“La seguridad alimentaria no está en subsidiar a los mejores agricultores para que sustituyan la producción de todos los campesinos pobres, sino en favorecer que el medio rural tenga condiciones productivas que permitan el desarrollo de las actividades productivas en todo el país”, indicó.

“No se trata de eliminar los apoyos, se trata de cambiarlos por apoyos que tengan una atención a los problemas reales, no a compensar las deficiencias sino a resolverlas”, concluyó.

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