La Comisión de Desarrollo Rural se reunió con el coordinador general del Fondo Nacional de Apoyos para Empresas en Solidaridad (FONAES), Ángel Alejandro Sierra Ramírez, para conocer los avances de los programas implementados por el organismo perteneciente a la Secretaría de Economía (SE).

El presidente de la comisión, Javier Usabiaga Arroyo, del grupo parlamentario del PAN, destacó la importancia del FONAES por ser un motor del crédito que beneficia a proyectos de pequeños productores rurales con positivo impacto en el desarrollo del campo.

Este fondo durante los últimos años ha captado y apoyado proyectos rurales, generando la formación de unidades de producción formalizadas, evaluadas cada año y que benefician al sector primario.

“Espero que estos apoyos sean constantes para poder evaluar el impacto de los programas y lograr el desarrollo integral del sector rural”, expresó.

El diputado Fermín Montes Cavazos, del grupo parlamentario del PRI, enfatizó que el FONAES es el único que está innovando al crear las llamadas cajas de ahorro solidarias, no obstante los altos intereses que cobran, son opción para combatir la pobreza mediante la generación de micro, pequeñas y medianas empresas rurales.

Mencionó que hay que tener cuidado en qué tipo de proyectos invierten los productores, dado que en muchos casos han resultado “elefantes blancos”.
El legislador Francisco Jiménez Merino, del grupo parlamentario del PRI, externó que el FONAES, al detonar el financiamiento a pequeños productores, genera la oportunidad de abrir camino para aumentar la producción y abatir las importaciones de alimentos.

En su momento, la diputada Esther Terán Velázquez, del grupo parlamentario del PRI, manifestó que el compromiso de los legisladores es impulsar a la banca social para que los pequeños productores puedan accesar a esquemas financieros y crédito, que por los requisitos que impone la banca de desarrollo, no son sujetos del mismo.

Consideró que el apoyo a proyectos permitirá tener seguridad alimentaria y de autoconsumo para los productores y sus familias.

El diputado Julio Saldaña Morán, del grupo parlamentario del PAN, consideró que vale la pena impulsar que a FONAES se le otorgue un mayor presupuesto y tenga más capacidad de respuesta a la demanda de los pequeños productores.

En tanto, el diputado Federico Ovalle Vaquera, del grupo parlamentario del PRD, dijo que de las 40 mil solicitudes de crédito que recibió FONAES sólo tuvo capacidad para atender a 7 mil. Ante ello, la Cámara de Diputados debe lograr mayores recursos para este fondo, señaló.

Expuso que a través de los programas que apoya FONAES, del total de 4 millones 100 mil unidades de producción existentes en el campo, han desaparecido 2 millones en los últimos años; el promedio de duración es de entre seis meses y un año.

Inquirió: de ese total ¿cuántos generan riqueza? Respondió: unos 300 mil proyectos productivos únicamente, “son pocos para atender la demanda de empleo y para asegurar la soberanía alimentaria”.

Apuntó que para lograr un crédito rural, incluido el de Infonavit para que el campesino pueda tener una casa, el derecho de propiedad no es una garantía sino su capacidad de pago.
Ovalle Vaquera afirmó que el Fondo de Protección al Ahorro, constituido en 2010 para apoyar a sociedades cooperativas de ahorro y préstamo, cuenta con 5 millones y medio de asociados y 2 millones 800 mil créditos al año.

A su vez, el legislador Héctor Barraza Chávez, del grupo parlamentario del PRD, sugirió que habría que modificar las reglas de operación del FONAES, ya que algunos funcionarios hacen uso discrecional de recursos que orientan con tendencias políticas.

El Coordinador General del FONAES, Ángel Alejandro Sierra Ramírez, solicitó a los integrantes de la instancia legislativa más presupuesto para que los alcances del fondo sean mayores.

“Queremos que no sólo se vea a FONAES como un proveedor de recursos para desarrollar empresas, sino que va más allá al contar con las herramientas para combatir la pobreza en el país y especialmente en el sector rural”

Aseguró que, aun con limitaciones, el fondo ha procurado atender las solicitudes de los 10.3 millones de beneficiarios potenciales, de jefes de familia que, multiplicados por cuatro, representa el 40 por ciento de la población en México.

Estos se dividen en trabajadores por cuenta propia o micronegocios, que son 4.2 millones, y unidades productivas agrarias, 3.4 millones, y población desocupada 2.7 millones de personas.

“Es incongruente que tengamos problemas de empleo cuando se compran productos primarios al extranjero y las áreas de oportunidad están en el sector social y como gobierno debemos dar facilidades para que se pueda participar de ellas”.

“Equilibrar la balanza comercial con Estados Unidos nos significa aproximadamente 350 mil empleos”, agregó.

El producir todo lo que importamos para abastecer el mercado interno de productos del campo significa más de 6 millones de plazas laborales.
No hay otra actividad productiva lícita que genere tantas ocupaciones de un año para otro como atender la producción primaria del sector social. “Aquí está nuestra área de oportunidad, lo cual nos obliga a todos a tratar de enfocar todas las baterías y todos nuestros esfuerzos a este sector”.

“Lo mejor es manejar financiamiento que subsidio. No hay país que aguante la carga de subsidios como la que se tiene y lo más importante es generar riqueza que administrar pobreza”, indicó.

En 2007 se registraron 7 mil solicitudes, en 2008 pasaron a 10 mil, para 2009 a poco más de 20 mil, en 2010 casi 36 mil y en 2011 se llagará a 39 mil y los proyectos que se podrán apoyar en el presente año llegarán escasamente a 7 mil, lo que es insuficiente y la demanda por lo creciente es difícil de atender. “Es marginal lo que hacemos con respecto a las necesidades que tenemos”.

Por cada 100 mil pesos de inversión seguimos manteniendo 2.5 empleos, refirió Sierra Ramírez.

De todos los programas similares a FONAES, como es el de opciones productivas de Sedesol, cuatro programas de CDI y dos de la Secretaría de la Reforma Agraria, no llegamos a 260 mil beneficiarios por año, sin embargo para atender a las familias que viven en las microrregiones de marginación se llevaría 17 años.

Por ello se dice que la pobreza corre a pasos agigantados y el desarrollo camina a paso lento, manifestó.

Expuso que para dar respuesta al mercado interno de productos del campo, se acelera la estrategia de dispersión de programas de subsidio vía las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (SCAP´s), que cuentan con reglas de capitalización.

El funcionario de la Secretaría de Economía destacó que la banca social capta 720 millones de dólares de remesas, lo que representa entre tres y cuatro veces el presupuesto de FONAES.

Afirmó que los intereses que cobran las cajas de ahorro solidarias promedian el 3 por ciento mensual, y mencionó que no es una tasa elevada si se considera que la que cobran a través de microcréditos es de cerca del 6 por ciento y más.

Señaló que la antigüedad promedio o duración de alrededor de 85.6 por ciento de proyectos productivos apoyados es de unos tres años, por lo que debe dar un apoyo decidido al productor y éste pueda dedicarse sólo a su micro y pequeño negocio y no tenga un empleo adicional. De esta manera tendrá la posibilidad de convertirse en empresario rural.

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