• Hay alta incidencia en jóvenes de 14 a 18 años, agrega la legisladora
La diputada Lily Fabiola De la Rosa Cortés (PRI) señaló que la anorexia afecta a 900 mil personas, cuya edad promedio oscila en los 17 años, y que 20 por ciento de los jóvenes que la padecen mueren.
Precisó que según el Instituto Mexicano del Seguro Social, (IMSS) este problema registra una alta incidencia en el sector poblacional de entre 14 y 18 años. En el caso de la bulimia, afecta especialmente a jóvenes entre 13 a 21 años, y por cada cinco mujeres enfermas, la padece un hombre.
A través de una iniciativa que analiza la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos, la legisladora mencionó que de acuerdo con el informe “Documentación y Estudios de Mujeres, AC (Demac)”, en México 87 por ciento de los jóvenes hacen dietas sin prescripción médica.
Agrega que 12 por ciento presenta bulimia a través de laxantes, diuréticos y provocación del vómito y uno de cada 100 tiene anorexia.
De la Rosa Cortés subrayó que los trastornos de la conducta alimenticia constituyen un problema de salud pública endémico por su creciente incidencia, gravedad de la sintomatología asociada, resistencia al tratamiento y porque se presenta en edades cada vez más tempranas, persistiendo hasta el edad adulta.
Por ello, dijo, dichas enfermedades deben ser abordadas desde diversos enfoques para que el tratamiento sea integral y contribuya eficazmente al mejoramiento del paciente.
Explicó que la iniciativa propone reformar el artículo 7 de la Ley General de Educación, para que ésta coadyuve a la prevención de trastornos en la conducta alimentaria, señalando sus causas, consecuencias y formas de prevención.
Además, se plantea que la Secretaría de Educación Pública, en coordinación con la de Salud, realicen campañas de concientización y capacitación profesional en los niveles básico, medio y superior de educación.
La legisladora consideró que con ello los docentes dispondrán de conocimientos especializados que les permitan desarrollar con eficacia estos temas ante sus grupos. Además de darles herramientas adecuadas a efectos de identificar en los alumnos tales enfermedades y saber cómo responder ante las mismas.
Con lo anterior, añadió, desde la escuela se podrá concebir la alimentación humana como un conocimiento escolar, con una perspectiva amplia que permita entender que la alimentación es un fenómeno complejo que integra estrechamente las dimensiones biológica y cultural, al punto de condicionarlas mutuamente.

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