•Aprueban diputados derogar la figura de adopción simple

21-02-13.- El Pleno de la Cámara de Diputados aprobó por 422 votos, reformas al Código Civil Federal, a efecto de derogar la modalidad de adopción simple para garantizar al adoptado su incorporación absoluta a la familia, con los mismos derechos y deberes que un hijo consanguíneo.

Al fundamentar la minuta enviada al Ejecutivo Federal para sus efectos constitucionales, la diputada Karina Labastida Sotelo (PAN) señaló que se encuentran rebasados los principios establecidos en el Código Civil Federal en materia de adopción simple, ya que la figura de la adopción plena es la que se estima más adecuada a los intereses superiores de los menores de edad e incapaces.

“Se requiere de un nuevo marco jurídico de la adopción para que esta atienda al problema de la familia y del bienestar social, pero de manera superlativa el interés y estabilidad de los adoptados”, subrayó.

El documento precisa que en México existen 34 mil niños en espera de ser adoptados por alguna familia, de los cuales el 77 por ciento se sitúan en un rango de entre 7 y 18 años de edad y el 23 por ciento de 0 meses a 6 años.

La legisladora manifestó que la reforma plantea la intención de adecuar la institución de la adopción a las exigencias de una realidad, es decir, que se manifieste como un instrumento útil que sirva para encontrar una justa solución en la culminación de un procedimiento en el que se compromete un intenso y complejo problema social.

“Esta reforma reúne los elementos necesarios para que se proceda a su inserción en el marco jurídico del derecho de familia, asegurando un mejor desarrollo social y humano de los integrantes de cualquier familia mexicana”.

La diputada Lucila Garfias Gutiérrez (Nueva Alianza) dijo que más de 29 mil niños, niñas y adolescentes viven en casas cuna y casas hogar, en proceso de adopción, por lo que se debe garantizar en todo momento y bajo cualquier circunstancia el respeto de los derechos humanos de los menores adoptados.
“Sin embargo, nuestro país se ha quedado rezagado en su sistema de adopción, ya que existen 30 leyes diferentes para regular la misma figura”.

En tanto, la diputada Lilia Aguilar Gil (PT) manifestó que la adopción plena, crea una relación jurídica familiar con todos los parientes del adoptante, equiparándolo a un hijo consanguíneo. “Estamos formando familias, aceptando que existen distintos tipos, lo que permite que parejas del mismo sexo puedan ser consideradas familia”.

El diputado José Francisco Coronato Rodríguez (Movimiento Ciudadano) argumentó que la reforma busca lograr transformaciones sustanciales y de indiscutible importancia para un segmento social de innegable vulnerabilidad, “ya que se logran establecer las pautas necesarias para consolidar una figura jurídica, para la rápida implementación de la llamada adopción plena en todo el país”.

La diputada María del Rosario de Fátima Pariente Gavito (PVEM) expresó que con la adopción plena, los derechos y obligaciones derivados del parentesco se extienden a todos los parientes superando un viejo concepto entre el adoptante y el adoptado. “Es indispensable exhortar a las legislatura locales para que reformen sus códigos civiles en esta materia”.

Por su parte, la diputada Alfa Eliana González Magallanes (PRD) puntualizó que el dictamen representa un reconocimiento a nuevas formas de familia, contribuyendo al fortalecimiento de los lazos familiares para garantizar que los niños y niñas puedan tener un desarrollo pleno.

El diputado Andrés de la Rosa Anaya (PAN) dijo que la reforma servirá de modelo a las entidades federativas que aún permiten las adopciones simples, la cual deja al menor con efectos y derechos limitados. “Establece lineamientos generales en torno al tema de la adopción y contemplar cuestiones de carácter humano que permiten garantizar al menor una nueva familia”.

En tribuna, el diputado Luis Armando Córdova Díaz (PRI) señaló que la derogación de la adopción simple y la consolidación de la adopción plena como única figura jurídica para la incorporación del menor a una nueva familia no debe constituir sólo un acto simbólico, sino que debe ser el origen de una oleada de reformas en materia familiar, donde las entidades federativas actualicen su legislación en ese sentido.

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