Los grupos parlamentarios emitieron en la sesión de hoy, comentarios en torno al 103 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana.

Coincidieron en que no es asunto concluido y que los principales enemigos siguen siendo la desigualdad social, la marginación y el hambre, además de que no se ha concretado el sistema democrático.

Angelina Carreño Mijares, del PRI, consideró que a diferencia de 1910, hoy somos una sociedad moderna, democrática, plural, con capacidad de cambio y adaptación a la realidad mundial, pero con una exigencia colectiva de innovación y reforma.

Agregó que la Revolución Mexicana no ha sido una ruta de construcción lineal ni ha estado exenta de incertidumbres y aún existen grandes retos.

“Los verdaderos enemigos de la libertad y de la grandeza de México son el hambre, la marginación, la desigualdad y la pobreza. Esos son nuestros verdaderos retos a vencer”, afirmó.

De igual forma, mencionó, hay el reto de mantener el rumbo de la nación y proyectarla hacia nuevos horizontes, de transformarla. “Hoy eso ha sido posible porque las principales fuerzas políticas del país han respondido a la convocatoria del Ejecutivo, a la demanda de acuerdos de nuestra sociedad para integrar el Pacto por México”.

Víctor Rafael González Manríquez, del PAN, recordó que el “Sufragio efectivo. No reelección” fue la bandera del maderismo y a 103 años del inicio de la gesta, los demócratas tienen grandes retos y compromisos con el país.

“Es urgente e impostergable dotar a México de las bases políticas y económicas para garantizar un desarrollo democrático, sustentable y de alta calidad a todas las niñas, niños, hombres y mujeres de nuestra nación”, dijo.

Mencionó que hoy ya no es la vía de las armas la que abrirá las puertas de las libertades democráticas, sino el uso de la política como herramienta para el diálogo, los consensos y los acuerdos.

“En esta gran transformación estamos dando al país una serie de reformas estructurales en materia laboral, educativa, y el conjunto de leyes que esta Legislatura ha aprobado en los recientes meses, son avances indiscutibles”, concluyó.

Aleida Alavez Ruiz, del PRD, señaló que a más de 100 años de distancia, las grandes líneas de injusticia que dieron pie al movimiento revolucionario se ven reproducidas hoy en día, con más del 50 por ciento de la población viviendo en pobreza o en pobreza extrema, una clase media que tiende a desaparecer sirviendo a la oligarquía, la cual se fortalece cada vez más y obtiene exorbitantes ganancias a costa de las miserias de las grandes mayorías.

“La Revolución no nos ha hecho justicia, estamos muy lejos de alcanzar mejores niveles de vida en lo individual, en lo familiar y en lo colectivo. Consideramos que estamos muy lejos de una verdadera celebración que nos una a todos de manera fraternal, con un mismo rumbo y un destino compartido”, subrayó.

La diputada Alavez Ruiz aseguró que se llega a esta celebración, como hace tres años con el centenario de la Revolución, “sin una idea precisa del significado de este hecho histórico de la más alta relevancia”. Se pronunció también en contra de una reforma energética que privatice al sector.

El diputado Felipe Arturo Camarena García, del PVEM, comentó que la Revolución Mexicana permitió cimentar una serie de reglas que conceden prerrogativas y derechos a los grupos sociales. El medio, abundó, fueron las armas, pero el fin fue la conformación de una institucionalidad benéfica para todos los mexicanos.

Asimismo, condenó la violencia en el país, misma que, dijo, pretende desestabilizar el desarrollo normal de la sociedad, lo que no debe permitirse. Además, se manifestó en contra de quienes, con afán de rememorar a la Revolución, arengan a la violencia.

“Tampoco aceptamos a los llamados grupos de autodefensa, quienes excusados en su integración ciudadana pretenden hacerse justicia por su propia mano, toda vez que existen los cauces institucionales adecuados para solucionar cualquier conflicto”, puntualizó.
Alfonso Durazo Montaño, del Movimiento Ciudadano, mencionó que hoy se conmemora el inicio de la Revolución Mexicana en un momento particularmente crítico para el país; similar en muchos sentidos al de las circunstancias que dieron origen al estallido de 1910.

El poder político, comentó, es nuevamente servidor de una oligarquía rapaz y antipatriota. El interés popular y el interés de la nación cuentan cada vez menos para los que mandan.

“La democracia es una simulación, las elecciones son una farsa y la corrupción política ha terminado por domesticar casi en su totalidad a las oposiciones, haciendo de ellas cómplices sumisos de reformas que atentan objetivamente contra derechos sociales y nacionales que mucho esfuerzo costó ganar, muchos de ellos, producto de la misma Revolución Mexicana”, apuntó.

Loretta Ortiz Ahlf, del PT, mencionó que el derrocamiento de Francisco I. Madero se dio por un impuesto mínimo que se impuso a la extracción del petróleo. En tal sentido, indicó que a los legisladores del Partido del Trabajo no pasa desapercibido que el tema petrolero constituye una piedra angular de nuestra soberanía.

Al pronunciarse en contra de una reforma energética que modifique la Constitución con sentido privatizador, indicó que el Estado debe seguir ejerciendo esa soberanía y que cualquier inversión extranjera estará sometida a tribunales internacionales.

María Sanjuana Cerda Franco, de Nueva Alianza, destacó que a más de cien años de distancia, es necesario hacer una revisión objetiva y crítica de la Revolución Mexicana.

Es indispensable, dijo, que los ideales de libertad, justicia social, democracia y soberanía, que inspiraron al movimiento revolucionario, sean revalorados y planteados a la luz de las nuevas circunstancias que nos ofrece el mundo contemporáneo.

“Hoy la realidad nacional nos obliga a emprender nuevas revoluciones por la vía pacífica; una revolución educativa, económica, tecnológica y de las conciencias”, concluyó.

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