• Provoca pérdida de capacidad auditiva, estrés, cardiopatías e hipertensión
• Repercute en el rendimiento laboral, escolar y en las relaciones sociales

03-09-2013 Con unanimidad de 454 votos a favor, la Cámara de Diputados aprobó reformas a la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente para que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en coordinación con los gobiernos de los estados, el Distrito Federal y los municipios formule y aplique programas y campañas de prevención y control de contaminación por ruido.

Al fundamentar el dictamen, la diputada Lourdes Adriana López Moreno (PVEM) afirmó que con la modificación al párrafo tercero del artículo 156 de dicho ordenamiento, la Semarnat podrá establecer mecanismos de coordinación con gobiernos estatales, del Distrito Federal y municipales para prevenir la contaminación auditiva, abarcando todos los tipos de fuentes que la generan, tanto fijas como móviles.

“Esto va desde las actividades industriales, vehículos automotores y todos los ruidos. Se propone que la dependencia establezca mecanismos para brindar una herramienta que permita que los mexicanos gocen de un ambiente fuera de toda contaminación”, indicó.

La también presidenta de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales indicó que esta contaminación “es un problema que vivimos todos, principalmente en las zonas más habitadas del país”, de ahí la importancia de que la Semarnat establezca medidas de control y prevención.

Refirió que ante los efectos nocivos que provoca el ruido en la salud humana, diversos países han legislado y adoptado políticas para monitorear y predecir su evolución, a través de mapas de ruido, para establecer acciones de mitigación.

Agregó que las grandes urbes del mundo están expuestas a problemas de contaminación en diversas modalidades, como el ruido, que se ha definido como conjunto de sonidos mezclados y desordenados, molestos e intempestivos que producen efectos perjudiciales a la integridad física y psíquica, con probabilidad de deterioro en la salud.

La reforma plantea que la Secretaría, en coordinación con los gobiernos de los estados, el Distrito Federal y los municipios, formulará y aplicará programas y campañas a fin de prevenir y controlar la contaminación por ruido, vibraciones, energía térmica, lumínica, radiaciones electromagnéticas y olores.

Al fijar el posicionamiento del grupo parlamentario de Nueva Alianza, la diputada Cristina Olvera Barrios se pronunció por reconocer y pugnar por el respeto a los derechos de los mexicanos en la protección de la salud y a gozar de un ambiente saludable y establecer métodos para aminorar los daños y perjuicios que ocasiona el ruido en la salud.

Consideró importante adoptar políticas y acciones de mitigación del ruido. Dijo que, con la reforma, se formularán programas de prevención y control de contaminación acústica, “y se contará con una legislación que permita que todos gocemos de ambiente sano y saludable”.

El diputado Juan Ignacio Samperio Montaño (MC) afirmó que “no es suficiente adoptar medidas preventivas, ni multas o sanciones; se requiere regulación en este tema, crear leyes y reglamentos, instrumentos jurídicos que permitan mejorar el estado que guarda nuestro país en el tema del medio ambiente”.

Explicó que el ruido de aviones, carros y trenes provoca insomnio, ataques al corazón, problemas de aprendizaje, estrés, presión alta, pérdida del oído y pérdida de productividad; altera las actividades e interfiere con la comunicación hablada, perturba el descanso y la relajación, crea estados de tensión y cansancio que pueden degenerar en enfermedades nerviosas y cardiovasculares.

Por el PVEM, el diputado Ricardo Astudillo Suárez expresó que a pesar de que el ruido es uno de los principales problemas que enfrentan las zonas metropolitas y se considera una complicación de salud pública, no se había legislado al respecto.

Informó que la reforma plantea campañas de prevención en coordinación con los estados y municipios. “Vamos adecuando el marco jurídico, avanzando en este tema no sólo en la contaminación del aire y del agua, sino en la contaminación acústica a favor de la población”, apuntó.

En tanto, la diputada del PRD, Claudia Elena Águila Torres planteó que el ruido ha evolucionado en las últimas décadas hacia una situación insostenible; es un fenómeno, dijo, que se atribuye al consumo acelerado de energía que los modelos de crecimiento económico y social han impulsado, al producir efectos perjudiciales al medio ambiente y a la salud del ser humano.

La también secretaria de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, detalló que el libro verde de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que el ruido urbano representa pérdidas económicas y es causa de trastornos psicológicos y sociales.

En lo respecta a nuestra Carta Magna, resaltó, se reconoce el derecho a la protección a la salud y un ambiente saludable, de conformidad con el marco jurídico vigente, por lo que es importante legislar al respecto.

La diputada María Isabel Ortiz Mantilla (PAN) recalcó que es necesario considerar que la contaminación auditiva puede provocar diversas alteraciones como pérdidas de la capacidad auditiva, cardiopatías, estrés y, sobre todo, repercute en el rendimiento laboral, escolar y en las relaciones sociales.

En tanto, el diputado Pilar Moreno Montoya (PRI) subrayó que de acuerdo con estudios médicos el ruido excesivo puede provocar gastritis, colitis, aumento en la presión y falta de coordinación, e incluso, daños irreparables en el oído, como sorderas crónicas.

Por ello, dijo, su grupo parlamentario está a favor de las acciones encaminadas a consolidar una visión de salud en toda su integralidad y corresponder con tareas efectivas para el cuidado del medio ambiente y el bienestar de las personas.

Aprobada en lo general y en lo particular, se envió al Senado de la República para los efectos constitucionales.

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