En el caso de los feminicidios en Ciudad Juárez, Chihuahua, se requiere pasar del debate de cifras y palabras, a las acciones frontales por parte de los tres niveles de gobierno y a una supervisión social firme, afirmó Sergio García Ramírez, presidente de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).
Antes de ofrecer una conferencia magistral en el Palacio Legislativo de San Lázaro, García Ramírez celebró que el Presidente de la República haya rectificado sus comentarios sobre las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, toda vez que "efectivamente no se ha resuelto ese problema lacerante".
Dijo que la violencia en contra de las mujeres en esa ciudad es lamentable y preocupante y ha colocado a México en la mira de los observadores de todo el mundo.
Comentó que la violencia, en cualquiera de sus formas, es un síntoma inequívoco de un malestar social producido porque no hay las condiciones sociales y económicas adecuadas para la paz pública.
El presidente de la CIDH también dijo que no será con reformas legales en materia de seguridad como se combatirá al crimen organizado y las violaciones a los derechos humanos.
"Se tienen que reformar las instituciones, implementar otras prácticas; el hecho de que se establezca en la Constitución el juicio oral, no necesariamente va a generar condiciones de seguridad. No hagamos depender todo a las reformas constitucionales, porque ese no es el único camino", indicó.
Desestimó que haga falta mano dura por parte de las autoridades, porque eso sugiere autoritarismo o represión, sino mano firme en la aplicación de la ley. "Con las leyes actuales sí es posible trabajar, aunque hay que reformar algunas", agregó.
Rechazó que la delincuencia organizada haya rebasado a las instituciones, pero señaló que sí es un reto muy serio para la tranquilidad y paz pública.
Finalmente, dijo que en este momento, la Corte Interamericana no conoce de demanda alguna por violación de derechos humanos contra el Estado mexicano.
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