La política exterior de México en la administración del presidente Vicente Fox “ha sufrido enormemente”, de manera independiente de quien haya sido el canciller, y en la pasada cumbre de Mar del Plata, Argentina, se registró otro “autogol”, afirmó la Secretaria General del PRI, Rosario Green.

La ex canciller dijo que en Argentina, el gobierno de México dejó en claro a los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) que está dispuesto “hacer el trabajo sucio de Estados Unidos, aún si no nos dan 10 minutos para una entrevista” entre Fox y el presidente George W. Bush.

De la cumbre en Mar del Plata “salimos victoriosos si el tema era dividir una vez más a América Latina, como lo hicimos cuando perseguimos inútilmente la (dirigencia de) la OEA”, agregó.

Dijo que independientemente de quien estuviera al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores, al inicio Jorge Castañeda y actualmente Ernesto Derbez, se ha afectado de manera considerable la política exterior del país.

Recordó que al comenzar esta administración surgieron elementos para pensar en una buena relación entre México y Estados Unidos porque Vicente Fox y George W. Bush coincidían en varios aspectos personales y familiares, pero con los años ha sufrido un marcado deterioro.

Aseguró que esta situación se evidenció cuando Castañeda no pudo llevar al presidente Fox a Nueva York tras los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001 y con las recientes declaraciones de Derbez en el sentido de que “no hay tiempo para tener una relación bilateral con Bush y tampoco hay temas”.

También dijo que a pesar de que el presidente Bush había ido reconociendo que estaba muy decaído el Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA), que se discutió en la pasada cumbre de Argentina, Fox “abanderaba lo inabanderable” al defenderlo hasta el último momento.

Indicó que también se le olvidó al gobierno mexicano la importancia que tienen en la región los países del Mercosur y Venezuela, por su dinamismo económico, población y extensión territorial, cuyos mandatarios se opusieron al ALCA.

“Ahora tenía que volver a haber un autogol para la política exterior de México”, agregó.

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