Con el reconocimiento de que en materia de política y acciones del agua se enfrentan retos que requieren acciones locales, nacionales, regionales e internacionales concluyó el Encuentro de Legisladores del Agua que se realizó del 18 al 20 de marzo en el Hotel Camino Real de la Ciudad de México.

En el texto titulado Declaración de México y leído por el presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados, Fernando Ulises Adame de León (PRI), los legisladores participantes señalaron que el agua no puede ser elemento de conflicto y se comprometieron a impulsar, desde su ámbito de acción, un marco jurídico que responda de manera adecuada a las políticas y perspectivas que cada país plantea.

En el marco del IV Foro Mundial del Agua, diputados y senadores reconocieron la importancia vital del agua en planeta, por lo que declararon que el líquido no es una mercancía, sino un recurso esencial y un bien de dominio público que tiene un valor social, ambiental y económico.

En la declaratoria final, invitaron a los países desarrollados a que apoyen, a través de programas de cooperación y solidaridad, a las naciones pobres para abastecer de agua potable a las comunidades marginadas, además de comprometerse a trasladar a sus parlamentos la iniciativa de constituir una coalición de integrantes de las comisiones relacionadas con el agua de los diferentes parlamentos nacionales.

Al clausurar el encuentro, el Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, José Luis Luege Tamargo, destacó la importancia de discutir y transmitir las experiencias de distintos países y coincidió en que el agua es un derecho de la humanidad, y es obligación de las autoridades hacer valer este derecho.

El Director General de la Comisión Nacional del Agua, Cristóbal Jaime Jacques, reconoció el esfuerzo y compromiso de los legisladores en su condición de catalizadores de la voluntad ciudadana y vía institucional para plasmar leyes, para crear un frente amplio que atienda la complejidad del uso sustentable del líquido.

En la clausura también participaron la diputada Leticia Gutiérrez Corona integrante de la Comisión de Participación Ciudadana; el vicepresidente del Consejo Mundial del Agua, Profesor Bren Bragan y el Secretario General del Parlamento Latinoamericano, Rafael Correa Flores.

Antes de la declaratoria final se discutió la propuesta del canje de deuda externa por agua para las comunidades que carecen de ella.

José Antonio Díaz, presidente de la Comisión de Cultura, Ciencia y Medio Ambiente de la Asamblea Nacional de Cuba, se pronunció por no invitar, sino exigir a los países ricos a que apoyen, a través de programas de cooperación y solidaridad, a las naciones pobres en el abastecimiento de agua potable a las comunidades marginadas, ya que éstos fueron los que “nos espolearon durante cientos de años y acabaron con nuestro medio ambiente”.

“Ellos tienen con nosotros una deuda ecológica. Los países ricos se comprometieron en la ayuda oficial al desarrollo (…) Reclamamos que ellos cumplan la ayuda oficial al desarrollo. No los invitemos a que nos den migajas”, dijo.

Señaló que son las naciones ricas las responsables del cambio climático y “nosotros quienes las padecemos”.

Los legisladores de Francia y España coincidieron con la declaratoria, sin embargo aclararon que se debe de establecer un mandato real para discutir, analizar y, en su caso, aprobar al interior de los parlamentos de cada nación.

Ante la pluralidad y necesidades de cada país, Adame de León reconoció la dificultad para lograr un documento final que satisfaga a todos los legisladores, y señaló que se buscó conjuntar resultados a través de una evaluación que se adecuará para todos anteponiendo el interés supremo del vital líquido.

Por su parte, la Comisión de Ambiente y Turismo del PARLATINO, integrada por 22 países, puso en la mesa una segunda propuesta en la que declaró al agua como un bien público fundamental para la vida; la creación de una Agencia de las Naciones Unidas de Coordinación del Agua; programas de abastecimiento del líquido con acciones específicas para eliminar las desigualdades de género y etnia, así como aclarar los compromisos de las naciones desarrolladas en la materia, entre otros.

SH/BL