Palacio Legislativo de San Lázaro, 26 de mayo de 2006. (Notilegis). Será hasta 2007, una vez que haya nuevo presidente en México y un nuevo Congreso de Estados Unidos, cuando se logre una reforma migratoria integral, afirmó la doctora Susan Gzesch, directora del Programa de Derechos Humanos de la Universidad de Chicago.

Al dictar la conferencia magistral “Los Mexicanos al Otro Lado de la Frontera: Marchas, Militarización y Política Migratoria Estadounidense”, realizada en la Cámara de Diputados, la catedrática alertó, sin embargo, que la cercanía de las elecciones en noviembre próximo en Estados Unidos será un factor en contra para alcanzar la reforma integral.

“Afecta porque todos están haciendo sus cálculos a nivel de su distrito. Los representantes ahora están pensando en estar reelegidos en noviembre. Habrá que ver”, refirió.
La catedrática consideró que la aprobación del Senado norteamericano es resultado de una combinación de fuerzas en la que resalta el impacto de las marchas de los inmigrantes.

“Lo bueno de la iniciativa del Senado es que tomó fuerza debido a las marchas, aunque lo malo existe desde antes con el programa de los ultra conservadores. Los mexicanos han hecho una diferencia por su presencia y participación política en marchas y cabildeos a nivel local”, refirió.

Calificó como “optimistas” las declaraciones del presidente Vicente Fox en el sentido de que la decisión es histórica e indicó que las marchas realizadas por inmigrantes, en su mayoría mexicanos, ejercieron presión en el Congreso de Estados Unidos.

“Está diciendo que es algo que hay que celebrar. Sí hay cosas buenas, como la muestra del poder de las marchas, pero hay cosas malas como las bardas en la frontera y multas en la legalización. Ha sido un punto de vista demasiado optimista”, expresó.

Por su parte, el presidente del Comité del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria, Víctor Suárez Carrera (PRD), manifestó que las brechas entre México y Estados Unidos se encuentran en una perspectiva de desintegración política, social, económica, e incluso territorial.

Sostuvo que la migración rural es un problema severo; en sólo 13 años el Tratado de Libre Comercio ha provocado que dos millones de campesinos hayan salido a buscar alternativas en Estados Unidos.

Carlos Antonio Heredia Zubieta, asesor en Asuntos Económicos e Internacionales del Gobierno de Michoacán, apuntó que aun cuando se haya realizado una reforma migratoria a la ley estadounidense la brecha del desarrollo sigue siendo el principal factor de expulsión de población.

“El problema migratorio se aborda desde la ley estadounidense, pero no lo puede resolver México de manera aislada. No sé cuál será el siguiente paso del lado estadounidense, pues cada vez que se plantea la conformación de un fondo de cohesión o desarrollo de América del Norte hay una reacción bastante fuerte de parte de sectores norteamericanos que dicen: olvídenlo, no les vamos a dar nuestro dinero”, acotó.

Señaló que el problema de la migración está relacionado con la conformación de mercados laborales y regionales que México no ha estimulado, así como con la política y la capacidad de gobernar.

“Tiene que ver con el desarrollo institucional en México, porque hasta hoy, con la migración no regulada, había una especie de estímulo para que la gente se fuera. Si se van los que están necesitados de mayores ingresos, de manera burda nos deshacemos de una obligación que ellos tienen que resolver por sí solos”, indicó.

En la conferencia también participaron Alberto Carral Dávila, consultor externo y Juan Manuel Sandoval Palacios, del Seminario Permanente de Estudios Chicanos y de Fronteras.

SH