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Nota N°. 2712 La corrupción no es privativa de ningún país, región o continente: González de Aragón

Palacio Legislativo, 05-XI-2007 (Notilegis).- Al asumir la presidencia del Comité Directivo de la Organización Internacional de Entidades de Fiscalización Superior (INTOSAI, por sus siglas en inglés), el Auditor Superior de la Federación, Arturo González de Aragón, señaló que las entidades fiscalizadoras deben ser el instrumento de la cultura de la rendición de cuentas y la transparencia.

Dijo que la corrupción “es un cáncer que corre los valores fundamentales del hombre y la calidad de vida de la sociedad”, y que este flagelo existe en todo el mundo, y en todos los niveles y sectores de actividad política, económica y social de la población. “La corrupción no es privativa de ningún país, región, continente o actividad alguna”.

Por ello, agregó, las Entidades Fiscalizadoras Superiores deben ser vehículo e instrumento de una cultura de transparencia y rendición de cuentas que utilicen, como lo dijera el Presidente Benito Juárez, la ley como espada y escudo de su actuación, para hacer que los responsables de ejercer el poder político rindan cuentas de manera pública y transparente sobre el mandato recibido.

En el Salón de la Tesorería del Palacio Nacional, Arturo González de Aragón dijo que todo servidor público debe ofrecer “un rostro sin máscara y una cara que no se oculte y muestre el sentido más amplio de su compromiso con los más altos valores de nuestra nacionalidad”.

Aseguró que los verdaderos cambios de la sociedad y los gobiernos no están solamente en las leyes, sino también en las conciencias de todos los ciudadanos, pues sólo los valores éticos y morales proporcionan una razón de ser a la existencia del hombre.

González de Aragón concluyó su intervención con una reflexión: “No hay peor pecado que hacer mal uso de los recursos que pertenecen al pueblo. Las conductas que se valen de trampas para aprovecharse de las ventajas que proporcionan los cargos públicos, merecen la peor condena de la sociedad y, por ende, el más severo de los castigos”.

RRA

 
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