Palacio Legislativo 22-I-2009 (Notilegis).-En estadísticas internacionales México se ubica en el lugar 13 de delincuencia común, y en el quinto en lo que se refiere a escalas operativas de delincuencia organizada, por lo que se requiere establecer leyes de prevención del delito que abarquen factores de riesgo.
Así lo informó Edgardo Buscaglia, profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y consejero del Instituto de Investigación y Formación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su intervención en el Seminario de Internacional: “Hacia una Política Efectiva de Prevención del Delito en México”.
En esa tesis, el académico aseguró categórico que es necesario un gabinete político de prevención, que opere con estrategias. “Abajo del gabinete político debe haber un gabinete operativo con funcionarios que sean asesores técnicos-operativos que se encarguen de implementar estrategias", señaló.
Reiteró que nuestro país no cuenta con leyes de prevención del delito que abarquen los factores de riesgo, asignar roles institucionales a determinados actores en el área de salud, educación, trabajo, desarrollo social, una ley de prevención delito en cada estado de la República Mexicana.
En base a lo anterior, dijo, se efectuó un reciente estudio a 107 paises que focalizaron la lucha contra la delincuencia organizada con mecanismos represivos y no con preventivos, lo que terminó por generar un incremento de la delincuencia.
Por su parte, el doctor Irvin Waller, experto en criminología de la Universidad de Ottawa, afirmó que uno de cada cuatro ciudadanos es víctima de un crimen común cada año.
En el desarrollo del evento, el académico señaló que de acuerdo a estudios, la delincuencia juvenil corre el riesgo de aumentar si: se vive en relativa pobreza; se crece un círculo de violencia familiar; existe exclusión o deserción escolar; persiste el desempleo en su ambiente; se vive cultura de violencia; existe alcoholismo en su entorno y una relativa facilidad para acceder a las armas, entre otros.
Irvin Waller resaltó como un ejemplo a seguir, es el Programa de Inclusión de Jóvenes, que se realiza en Inglaterra, el cual emprende como acciones principales: localizar a los 50 adolecentes (13-16 años) con mayor riesgo en cada uno de los barrios con mayor dificultad.
Paralelamente se busca realizar por lo menos, 10 horas por semana de actividades—como deportes, entrenamiento en tecnología, asignación de mentores y alfabetización—, que redundan en un 65 por ciento en reducción de los arrestos juveniles y 20 por ciento menos crímenes en las zonas elegidas.
La Organización de la Naciones Unidas, dijo Waller, propone crear una oficina permanente que se enfoque en la reducción del delito; un sistema de información en las tendencias y causas de violencia; planificación entre escuelas, salud y policía; capacitación de recursos humanos y datos estadísticos en la materia.
JZM
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