Palacio Legislativo, 20-12-2012 (Notilegis).- La reforma educativa que aprobó la Cámara de Diputados “no tiene ningún destinatario con nombre y apellido”, sólo la firme intención de mejorar la calidad de la enseñanza, afirmó el presidente de la Mesa Directiva, Francisco Arroyo Vieyra. “La ley no tiene un destinatario en nombre y apellido y si hay algo que me ha enseñado el haber legislado a lo largo de más de 21 años, es que las reformas que tienen nombre y apellido fracasan”, dijo a pregunta expresa sobre los comentarios de la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo.
“La Cámara de Diputados sólo se puede intimidar por la responsabilidad y conciencia de sus propios integrantes, el tocar la ley con mano temblorosa, porque es abstracta, impersonal, obligatoria y de carácter general nos obliga a ser muy certeros, pero no tenerle miedo a nada”, señaló Arroyo Vieyra.
Dijo que “la Cámara de Diputados tiene la obligación de revisar la forma; en cuanto al fondo, ya serán los actores políticos quienes opinen al respecto”. Subrayó que la reforma educativa genera el fortalecimiento de una institución que es fundamental para la sociedad mexicana. “Para mí, es una magnífica reforma, porque nos atrevimos, como institución, a tocar uno de los puntales que la sociedad mexicana nos estaba exigiendo que revisáramos.
ALRG
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