Palacio Legislativo 08-04-2013 (Notilegis).- Diputados de las comisiones de Derechos de la Niñez y de Educación coincidieron en la necesidad de reformar la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, para cumplir con la convención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La internacional Convención sobre los Derechos del Niño fue firmada por la Asamblea General de la ONU el 20 de noviembre de 1989 y es un tratado internacional por el que los Estados ratificados (entre ellos México) reconocen los derechos de los menores.

Está compuesta por 54 artículos que consagran el derecho a la protección de la sociedad y el gobierno a menores de 18 años, para que se desarrollen en medios seguros y a participar activamente en la sociedad.

El presidente de la Comisión de Educación, Jorge de la Vega Membrillo (PRD), señaló que el compromiso debe ser incluido en el Pacto por México, ya que la infancia es un sector de la sociedad excluido por los actores políticos en este acuerdo suscrito en diciembre pasado.

En un encuentro con diputados del PRD, que presiden las ciomisiones de la Niñez y Educación, el psicopedagogo italiano Francesco Tonucci expuso los compromisos asumidos en la Convención de la ONU y que son ignorados por la mayoría de países firmantes.

Señaló, por ejemplo, en el documento base se establecen como ciudadanos a los niños desde el momento de su nacimiento, con los mismos derechos de los adultos y con el beneficio de que en un momento de controversia jurídica, los derechos de los infantes prevalecen sobre los de los mayores de edad.

Asimismo, subrayó que la participación de los niños en las decisiones de la sociedad es una facultad establecida, cuando en la práctica, las opiniones de ese sector no son valoradas ni atendidas por los Estados.

El especialista comentó que los niños deben ser libres de estar en las calles, sin que exista temor por su seguridad y enfatizó que “las calles son inseguras porque los niños no están en ellas”.

Indicó que las legislaciones deben establecer el derecho al “juego” desde otra perspectiva, que lo impulse a la par de la obligación del estudio.

AMR/JGM