Marco Rascón: Si la marcha de ayer tenía el propósito de medir fuerzas frente al nuevo gobierno, el resultado para los organizadores no fue del todo positivo. Más que una demostración de unidad, se vio la misma demostración de alianzas y confrontaciones tortuosas que existen entre el PRI y PRD y otros partidos, pero en otro plan.

Está bien eso de un nuevo pacto social, pues nuestro país desde hace tiempo vive solamente de pactos entre los partidos políticos a favor de sus propios intereses y no los de la nación en su conjunto, frente a esos pactos y negociaciones de gran manipulación, la marcha de ayer debería haberse deslindado. El peligro es que esto siga convirtiéndose en una frase ya antes de las elecciones de julio del año pasado se anunció el Pacto de Chapultepec, que se hizo rostro de hormiga, que ahora aparece con máscara sindical.

En realidad se estará negociando el precio de la tortilla, la leche o el maíz, o en la mesa estarán las telecomunicaciones, la telefonía y la protección a las altas tarifas que los mexicanos pagamos sobre el precio internacional y que ha generado una gran concentración de riqueza. Es importante que grupos sociales organizados expresen su fuerza contra efectos de la situación económica, pero también es muy importante que estas expresiones actúen abiertamente, por los intereses generales y no para negociar en una mesa sus intereses particulares.

El México actual se está deshaciendo en pedazos ante la complacencia mezquina del todo contra todos, muy propensos a acuerdos copulares sin el acuerdo de sus propias bases (Cúpula Empresarial, 8:39, 2’ 35”, mahm).