Carlos Abascal, comentarista: Para mí resulta particularmente importante el tema que quedó resuelto, primero en la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, luego en la propia Cámara relativo al nombramiento de los tres consejeros del IFE. El tema es de altísima relevancia porque lo que se arguyó en su momento para remover a los antiguos consejeros fue el argumento de que era necesario restablecer la confianza de la ciudadanía en el órgano electoral, en mí opinión, esa confianza no tenía por qué establecerse por esta vía y sí por la vía de la conducta responsable de los entonces consejeros.

Finalmente, se tomó una decisión política, se removieron consejeros y hoy culmina esta parte del proceso con la renovación de estas tres personas y en lo declarativo parecen ellos tener un compromiso claro, una visión clara del reto que les corresponde enfrentar. Por ejemplo, don Leonardo Valdés Zurita, afirma que el Consejo General del IFE no estará maniatado de ninguna manera para llevar a cabo sus funciones para aplicar la Ley en los términos en los que ha sido aprobada y también, afirma que en todo momento él planteó un compromiso con la imparcialidad, con la legalidad, con la independencia del órgano electoral.

Lo declarativo está bien, sin embargo, me parece que en todo caso tendrán que dos problemas los actuales consejeros, uno es, que si estaba deteriorada la confianza en el órgano electoral, pues tienen que actuar con estricto apego a la Ley con gran profesionalismo, sin dejarse intimidar ni avasallar, ni influir por los partidos políticos. Pero, otro problema es que la forma en como se hizo el cambio pone en duda la calidad ciudadana del Consejo General porque hay quienes imputan este resultado a un acuerdo de los partidos políticos que estaría hablando más de una distribución de fuerzas de poder que de una elección de ciudadanos distinguidos, responsables de hacerse cargo del Consejo General del IFE, y esta segunda carga me parece mucho más pesada que la primera. Duración 3´25´´, ys/m.